sábado, 27 de junio de 2009

El inconveniente de morirte el mismo día que Michael Jackson

Hay actores y cantantes que logran una cierta fama por un papel o una canción puntual y que tienen su segundo momento de gloria en el momento de su muerte bajo un titular prefabricado: "Fulanito, famoso por haber interpretado tal papel, muere a los X años". Por lo general se suele obviar el también son conocidos por no haber hecho nada más en su vida.

Lo que ya es mala suerte es, con todos los días que tiene la historia de la humanidad, ir a morirte en la misma fecha que el señor Michael Jackson (y encima con historias raras de médicos que desaparecen). Es lo que le pasó a Farrah Fawcett, conocida por haber interpretado a Jill Munroe en la primera temporada de Los Ángeles de Charlie. Posteriormente su fulgurante carrera llegó a su punto más alto con su aparición en un episodio de Ally McBeal.

Farrah fue portada de prácticamente todos los diarios digitales hasta que el señor Jackson tuvo a bien chafarle su minuto de gloria post-mortem. No es la única. Michelangelo Antonioni, cuya filmografía era bastante más importante que la de la señora Fawcett, también fue vilmente olvidado el día de su muerte porque Ingmar Bergman, símbolo del snobismo de toda una generación que iba a verlo sin entender nada sólo para hacerse los interesantes, escogió el mismo día para pasar a mejor vida.

¿Y si Cervantes y Shakespeare hubieran muerto el mismo día? Pongamos un 23 de abril de 1616. ¿Quién hubiera eclipsado a quién? ¿O se hubiera generado una anomalía magnética que hubiera convertido a todo el mundo en zombie?

ACTUALIZACIÓN: Ahora resulta que es falso que Cervantes y Shakespeare murieran el mismo día. De lo que se entera uno.

miércoles, 24 de junio de 2009

¡Más tetas al aire, por favor!

De vez en cuando a un juez le da un ataque de humorismo y se descuelga con una sentencia absurda y sin pies ni cabeza. El Tribunal Supremo ha establecido que el ‘top-less’ de una persona pública son de interés público. Es algo indignante, ultrajante. No puedo mas que mostrarme diametralmente en contra de la sentencia. Por favor ¿sólo los pechos de una persona pública? ¿Qué hay de las tetas de la vecina? ¿y de la chica de cada mañana del metro? ¿y la mejor amiga de nuestras hermanas? ¿y de la secretaria del jefe? ¿no tiene tanto interés, si no más, que los pechos de cualquier miss? Es más ¿porqué sólo los pechos? Eso es discriminar a los millones de españoles que son más de culazos que de tetazas, que diría Tim Burton.

Por lo menos se va ganando terreno. Esto es un primer paso. Berlusconi está con nosotros, no os quepa la menor duda. En poco tiempo toda teta bonita del planeta será de interés general y con el tiempo toda fémina de buen ver estará obligada a ir desnuda por la calle, incluso durante el invierno nuclear ¿No se quería luchar contra la imposición burka? Pues que se haga bien o que no se haga.

Eso sí, no toda teta debe ser de interés público. Ya que estamos, creo que también se tendría que exigir una licencia para hacer top-less, porque caminando un rato por la playa se ve mucha ubre bonita, pero también hay muchos muñecos de Michelín enseñando carnaza que no deberían quitarse el anorak ni para entrar en la ducha.

lunes, 22 de junio de 2009

The International: Y yo pensaba que mi banquero era un vampiro

Clive Owen haciendo de Clive Owen es todo un seguro de vida. Tiene algo que transmite, una extraña mezcla de debilidad y poder y posiblemente por ello es capaz de que el espectador se identifique con su personaje desde el trailer de cualquier película en la que asome su nariz, y The International es una oda al lucimiento de Clive. Todo lo demás está a su servicio.

Louis Salinger es un agente de la INTERPOL que se encuentra en plena cruzada contra uno de los bancos más importantes del mundo, el IBBC. Este banco viene a ser una actualización de la organización SPECTRA (Ejecutivo Especial para Contraespionaje, Terrorismo, Venganza y Extorsión) de las versiones sesenteras de Bond: son terriblemente malvados y acabarán sin dudarlo con cualquier forma de vida que se interponga entre ellos y su objetivo, que pasa por financiar los conflictos del tercer mundo para controlar la deuda externa de estos países. Y sí, Mr Owen es una de esas formas de vida que molestan al malvado banco.

The International es, básicamente un thriller policiaco con toques de acción. Seguimos a Clive y a Naomi Watts en su investigación alrededor del mundo (el título no es casual: por momentos la película parecerá ‘La vuelta al mundo en 80 planos’). Junto al gran protagonista del espectáculo encontraremos a varios personajes interpretados brillantemente. A destacar los dos policías que le acompañan en Nueva York, a Armin Mueller-Stahl como uno de los mandamases del banco y a Brian F. O'Byrne como el frío e implacable asesino a sueldo. Naomi Watts, por otro lado, está tremendamente desaprovechada. Es una de las mejores jóvenes actrices del momento (con permiso de Kate Winslet) y su papel se limita a ser el "Milú" de Clive, siguiéndole a todos lados y dándole la réplica para que el espectador sepa qué esta pensando el protagonista. Por lo demás, podía no salir en la película y la trama casi no cambiaria. Es más, justo antes de la secuencia final básicamente se va a casa. Supongo que los guionistas no supieron qué hacer con ella. Una solución cutre, pero al menos es de agradecer que no recurrieran a una historia de amor.

Por su parte Tom Tykwer se destapa como un gran director de secuencias de acción. El tiroteo en el Guggenheim de Nueva York es una de las escenas mejor planificadas de los últimos años, haciendo un uso sensacional del peculiar espacio en el que se mueven los personajes, unos personajes que en ningún momento son capaces de cargarse a cinco matones moviendo una ceja, sino que se tienen que esconder, huir e incluso recibir una herida más que fea, todo ello sin perder la elegancia con la que está rodada toda la película. El realizador alemán es sin duda un tipo a seguir y apunta maneras de hacernos pasar momentos tan buenos como Michael Mann o James Cameron cuando no se dedica a hundir barcos.

Esta escena, que pasa por ser lo mejor de la película, también marca su gran defecto, y es que a partir de ahí, y hablamos de la mitad de la película, el interés, en vez de ir in crescendo, disminuye poco a poco para acabar en uno de los finales más anticlimáticos que se recuerdan. Sin embargo, a pesar del final y del desaprovechado papel de Naomi Watts y algún que otro altibajo, The International es una película sólida, bien tramada y firmemente dirigida, que entretendrá a cualquiera sin que las palomitas le despisten.

La sombra del poder: ¡Camarero, una de conspiraciones y periodistas heroicos!

Una película que empieza con un tipo con cara de haber comido ajo cargándose con una pistola con silenciador a un vagabundo y a un repartidor de pizza y que continúa con un periodista investigando el caso sólo puede acabar con un pez gordo de Washington entre rejas. Más si ese periodista es Russell Crowe con melenas a lo piojoso, con un Saab que se cae a cachos y un apartamento más infecto que el más infecto de los kebabs del Raval barcelonés.

Kevin Macdonald, director de la brillante El último rey de Escocia, pudo haber reunido en La sombra del poder a Brad Pitt y a Edward Norton diez años después de El Club de la Lucha, sin embargo los dos desecharon el proyecto y fueron sustituidos por el eterno gladiador y por Ben Affleck. El primero, sin ser un monstruo de la interpretación, un actor que sabe llenar la pantalla y acaba dando siempre un buen rendimiento en cualquier terreno que lo pongas. En cambio, Affleck es uno de los peores actores que hay en Hollywood, y aunque aquí realice uno de los mejores papeles de su carrera (sin contar con el impresionante video I am fucking Ben Affleck del programa de Jimmy Kimmel) no por ello deja de ser lamentable. Su rol es importante pero no excesivamente extenso, o el montador ha tenido a bien recortarlo todo lo posible, por lo que su presencia no es un lastre demasiado pesado para el filme. El resto del reparto está a un buen nivel. Hellen Mirren está soberbia, como siempre, en la piel de una taquicárdica directora de periódico y Jason Bateman borda su papel de relaciones públicas pijeras y forrado en un combo de drogas. Rachel McAdams (sí, niñas, la del Diario de Noa... mujeres...) está justita pero suficiente en un papel que podía haber dado más de si desde el punto de vista del guión, ya que podría haber servido para mostrar la diferencia entre un periodista veterano y forjado en el papel, como el personaje de Crowe, y uno joven de la versión digital. Esta dicotomía periodística se apunta al principio de la película pero acaba por perderse.

Basada en una miniserie de la BBC, la trama gira en torno a una conspiración urdida por las empresas militares privadas destinadas en Irak y Afganistán para acabar controlando toda la maquinaria militar americano. Pero por suerte existe Ben Affleck, un joven congresista que osa hacer frente a las barbaridades de estas compañías mercenarias que convierten las nobles guerras en defensa de la libertad iniciadas por Estados Unidos en un sucio y podrido negocio. Pero la tarea no será fácil y pronto se verá envuelto en una campaña de difamación con varios cadáveres y un poco de sexo extramatrimonial por medio. Sólo contará con la ayuda de un amigo periodista (Crowe) que tendrá que sobrevivir a varios intentos de asesinato y a una directora de diario algo necesitada de sexo para poder sacar a la luz la Verdad (así, con mayúsculas, que mola).

La película tiene como referente innegable el film Todos los hombres del presidente, la reconstrucción de la investigación de los periodistas Woodward y Bernstein que acabaron por destacar el caso Watergate. La sombra del poder es, igual que la película de Alan J. Paluca, una reivindicación del periodismo de investigación que vigila al poder y denuncia sus abusos jugándose incluso la vida. De paso, se aprovecha para repasar el tema de las empresas militares privadas, de moda después de que hayan salido a la luz las animaladas llevadas a cabo por empresas como Blackwater en Irak y en Afganistán. Parece que estas empresas y sus más que dudosas actividades serán algo recurrente en las tramas de hollywoodienses. A Jack Bauer ya le tocó lidiar con estos ejércitos mercenarios en la última temporada de 24 y ahora les ha tocado a Russell “me llamo gladiador” Crowe y a Ben “soy actor aunque no lo parezca” Affleck. No serán los últimos.

Con sus defectos (sí, incluyo a Ben Affleck entre ellos), La sombra del poder es una película sólida, que no toma al espectador por idiota, que engancha y con un ritmo más que conseguido. Es cierto que el giro final no aporta nada más allá de la necesidad del guionista de demostrarse a si mismo lo listo que es y que es capaz de engañar al espectador, pero entretiene con inteligencia y eso, últimamente, ya es bastante, aunque queda la duda de qué podría haber sido la película con dos actorazos como Bratt Pitt y con Edward Norton,

viernes, 19 de junio de 2009

¡Es una fieshta del cine!

Fabulosa la idea de la Fiesta del Cine. Si dicen que la gente no va al cine porque es caro, vamos a ofrecer cine barato, barato. Sobre el papel, suena fantástico. La propuesta funciona así: si vas a ver una película el domingo pagas el precio completo, pero recibes un “pasaporte” con el que puedes acudir a todas las películas que quieras, hasta el martes, por sólo 2€ cada una.

Yo desde luego me voy a dar una panzada y me pondré al día de todas las películas que he ido dejando atrasadas, pero tengo ciertas dudas sobre el éxito que pueda tener la idea, y del interés por parte de los organizadores en que el invento funcione, sobre todo por las fechas elegidas para la iniciativa.

Para empezar, el domingo bien, pero no mucha gente va al cine los lunes y los martes. Desde luego el precio de la entrada animará a unos cuantos ¿pero no hubiera sido mejor elegir un miércoles, un jueves y un viernes?

A eso hay que sumarle el escaso interés de los estrenos de esta semana. Los resultados serían mucho más prometedores si esta autodenominada “fiesta del cine” hubiera ido acompañada del estreno de uno de los muchos blockbusters que se han estrenado recientemente o que se estrenarán en los próximas semanas, léase Terminator Salvation, Star Trek, Los Hombres que no amaban a las mujeres, Transformers 2 o Ice Age 3. También hubiera servido una película menos taquillera pero con un director de renombre como Tetro, nueva película de Francis Ford Coppola que se estrena el próximo viernes. Sin embargo el estreno más destacable de la semana es ¿Hacemos una porno?, del incalificable y cada vez más infumable Kevin Smith.

Puede ser que los organizadores no hayan querido arriesgar y hayan elegido unas fechas en las que no esperaban recaudar mucho dinero, así en todo caso incluso podrían mejorar algo. O también puede ser que les interese que la fiesta fracase y así poder decir “mira, pusimos el cine a 2€ y no funcionó ¡la culpa es de la piratería y del Emule! ¡Subamos los precios!” Veremos que pasa, pero desde luego no han facilitado el éxito de una idea más que interesante.

lunes, 15 de junio de 2009

Star Trek: Empezando de cero… o no… ¡yo que sé!

Vaya por delante que nunca he sido un fan de la saga, más bien lo contrario. Siempre he sido más de Star Wars. Apenas he visto un par de películas de Star Trek y algún capitulo suelto que no me entusiasmaron precisamente. Entonces ¿por qué me gasté 6€ (que en realidad fueron 5, la magia de las sesiones matinales) en ver una película que con toda posibilidad no me iba a gustar? Pues porque J.J. Abrahams es mucho J.J. Además el propio director admitió que él no era un fan de la saga y que se había inspirado más en Star Wars que en la propia Star Trek, y tras ser acribillada a críticas por los trekkies más integristas, podía merecer una oportunidad.

Cris Pine da vida a James T. Kirk, el protagonista de la serie original, un joven rebelde y sarcástico que desborda talento a la hora de pilotar vehículos y el combate espacial. Sí, básicamente viene a ser Han Solo reeditado, pero sin llegar a las suelas de los zapatos del mítico capitán del Halcón Milenario. Tras una mala noche en un bar, pelea incluida, se alista en la flota estelar por sugerencia del capitán Pine y acaba a bordo de la nave U.S.S. Enterprise cuando esta acude al planeta Vulcano cuando es atacado por el malvado capitán Nero, interpretado por un Eric Bana de lo más soso y que no consigue transmitir el más mínimo carisma. Junto a Kirk estará el medio humano y medio extraterrestre Spock, interpretado por un Zachary Quinto que acaba por ser el único actor que logra dar gracia a su personaje, y lo hace con nota. Quinto ya apuntaba maneras de gran actor en Heroes, salvando la serie del pozo de la mediocridad más absoluta él solito gracias a ese gran personaje que era Sylar. Aquí le toca bailar con la más fea: un personaje partido por la lógica y el control de las emociones de su herencia extraterrestre y el ímpetu de su herencia humana, logrando una de las inexpresiones más expresivas vistas recientemente en el cine. Los demás secundarios cumplen sin excesivo brillo. Karl Urban (Eomer en El Señor de los Anillos) comienza fuerte para ir diluyéndose, Anton Yetchlin pretende ser un contrapunto cómico aunque por momentos puede llegar a ser irritante y John Cho podría no haber salido en la película y no habría pasado nada. En cuando a Zoe Saldana… bueno, no le hace falta hacer un buen papel para llenar la pantalla.

Visualmente, la película apabulla. Ya había quedado claro en Mission: Impossible 4 y aquí se confirma: Abrahams dirige que da gusto las escenas de acción. Star Trek empieza con una arrolladora secuencia en la que el capitán Nero destruye la U.S.S Kelvin, nave en la que viajan el padre y la madre de Kirk, que no tiene mejor idea que nacer durante el ataque que acaba con la vida de su progenitor poco antes de que su madre él puedan escapar en una nave de rescate y no será la única gran secuencia de acción con la que nos deleitará Abrahams, por cierto, opta por usar reflejos en las lentes para dar un look diferente al film, un detalle interesante si no fuera porque lo usa en cada escena y acaba perdiendo prácticamente todo su sentido. Esta maquinaria visual está apoyada en todo momento por la enorme banda sonora del siempre efectivísimo Michael Giacchino, que lleva el camino de convertirse en el nuevo John Williams.

Y llegamos a la parte peliaguda de la película: la trama. El mayor problema de Star Trek es que cuando la película acaba tienes la sensación de haber visto una introducción de dos horas cuya intención no es otra que plantear un punto de partida para las secuelas. A esto se le suma que Abrahams es un tipo que cree que el trayecto más corto entre dos puntos es una espiral infinita con un viaje en el tiempo de por medio. Esto funciona bien en una serie como Perdidos, pero en una película acaba por marear un poco al personal. El director neoyorkino se obsesiona por contentar a todos, creando una película que no es ni un reset de la saga, que ahora están muy de moda, ni una precuela, sino que acaba siendo las dos cosas y ninguna, creando un rollo de universos paralelos que, a mi que me perdonen, pero se hace un poco excesivo ¿No hubiera sido más fácil decir “nos estábamos haciendo la picha un lío con la saga, empezamos de cero?

Una vez superado el problema de las presentaciones, es posible que las secuelas tengan un nivel notable, como ocurre con X-Men, que la primera parte también era una mediocre introducción para dos notabilísimas secuelas. Sin embargo, mientras que X-Men contaba con un gran plantel de actores y personajes potentes, en Star Trek el único que está a la altura es Quinto y su joven Spock. Tendremos que esperar para ver si la Enterprise levanta el vuelo o acaba siendo tragada por un agujero negro.

viernes, 12 de junio de 2009

¿Qué diría Darwin?


Me alucina ver como el entorno madridista aplaude que se paguen 96 millones de euros por Cristiano Ronaldo (94 al Manchester y dos al Sporting de Lisboa, sin contar los impuestos, que a saber a dónde disparan la operación) . Con el mundo aún coleando para salir de una crisis económica causada en gran parte por, precisamente, pagar cosas muy por encima de su precio el señor Florentino Pérez ha despachado casi 160 millones en dos jugadores cuando todo indicaba que los grandes traspasos del verano rondarían los 40 millones como mucho. Y aún queda por llegar Villa, algún centrocampista y arreglar ese Cristo que tienen en la defensa, que les obligará a fichar a dos o a tres jugadores más. Aprendiendo lecciones se ha dicho, evolucionando.

Casi parece que Floren, descendiendo de los cielos, esté pagando toda esta calderilla de su propio bolsillo cuando el que paga es en realidad el Real Madrid, esto es, sus socios. Esos socios que parecen no recordar cómo acabó el anterior álbum de cromos de Florentino. Por alguna extraña razón, se asocia la palabra "Florentino" y "Galácticos" a las tres Champions que el Madrid ganó en 1998, 2000 y 2002, cuando realmente sólo esta última se ganó durante el mandato del Ser Superior. Y además gran parte de la plantilla (y el entrenador) era la heredada de Lorenzo Sanz con los añadidos de Figo y Zidane. Precisamente cuando se decidió a cambiar esta base, deshaciendose de Del Bosque y pilares fundamentales del equipo como Makelele fue cuando su proyecto se hundió.

En el Madrid creen (o venden) que el Barça está nervioso por el Retorno del Rey. Aún no tienen equipo pero ya asumen que, como en el pasado, Florentino reducirá a cenizas al Barça y que volverá a alzarse con todos los títulos y alguno más que tendrán que inventarse, pero parten de una base errónea. Durante el anterior mandato de Pérez (de junio de 2000 a 2006), el Madrid ganó dos Ligas (2001 y 2003) y una Champions (2002), curiosamente lo mismo que ganó el Barça en el mismo periodo dos Ligas (2005 y 2006) y una Champions (2006), o al menos así hubiera sido si Florentino no hubiera dimitido como una rata en plena temporada cuando el barco se hundía.

ACTUALIZACIÓN:

Como no me apetece crear otro post con más de lo mismo, actualizo este.

Digan lo que digan, decir que pagar tanta pasta por CR94 no es estar ni acojondo ni acomplejado. Es más, como culé estoy encantado que le Madrid se esté dejando este pastizal en pocos jugadores porque así le quedará menos para reforzar otras posiciones (en este momento Metzelder sería defensa titular del Madrid) y además hace que el Madrid ya no necesite fichar a Ribéry, que pasaría por ser el gran refuerzo del Barça para el año que viene. No es el culé que hay en mi el que está "acojonado" por el fichaje de Cristiano Ronaldo, es el humano que hay en mi el que está sorprendido por la forma en la que se ha producido.

Es curioso ver como hace unos años era el Barça el que se gastaba burradas de pasta en jugadores de relumbrón para tampar los éxitos del Real Madrid. Ahora es al revés.

martes, 9 de junio de 2009

¡Bien arriba, Carles, bien arriba!



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Y de paso un par de comentarios sobre la actualidad culé:

- El Barça debería hacer todo lo posible por fichar a Franck Ribéry, primero porque es un jugadorazo. En su posición, sólo Cristiano Ronaldo y Messi son mejores. Es un Balón de Oro en potencia y con él en una banda y Leo en la otra, hasta mi abuela acabaría la temporada con más de 15 goles. Además, no iría mal marcarle el terreno al señor Florentino, decidido a fichar todo lo que tiene dos patas y puede dar patadas a un balón. 'Scarface' debe ser la prioridad del Barça.

- Ibrahimovic es otro trozo de jugador, pero el Inter se ha subido a la parra pidiendo 40 millones y Eto'o. El sueco es posiblemente el mejor delantero centro puro del mundo y espectacular como nadie. Reune las características de un '9' tanque y potente al estilo Luca Toni y las de uno técnico y pillo a lo Romario, pero me cuesta imaginar a Ibracadabra presionando como presiona Eto'o, presión que ha sido una de las claves del juego azulgrana esta temporada. No me parece mal prescindir de Eto'o. Es un crack y ha dado mucho al Barça, pero a veces hay que cambiar para que todo siga igual. Sin embargo no se puede admitir que la excusa sea que es una bomba en el vestuario si quieres fichar al señor Ibrahimovic, que muy tranquilito no es que sea. Tampoco las pretensiones económicas del camerunés si el recambio que pretendes el es jugador mejor pagado del mundo.

- El último nombre en aparecer es Javier Mascherano. Vaya por delante que el argentino es un jugador que me encanta, capaz de barrer él solito todo el centro del campo, pero ¿realmente es necesario? Vale que la próxima temporada viene cargadita y posiblemente haya que jugar dos partidos a la semana, pero ya tenemos Yaya Touré, a Sergio Busquets y a Keita que pueden jugar perfectamente de medio centros ¿realmente merece la pena pagar los 15-20 millones que puede pedir el Liverpool?

- También se debe fichar dos laterales, uno para cada banda. La baja de Sylvinho obliga la búsqueda de un lateral izquierdo, y sería inteligente buscar un suplente para Dani Alves. El Barça no puede ir por el mundo desmontando todo el sistema defensivo, poniendo a Touré de central sólo por tener dos bajas (Márquez y Alves). Hay que tener todas las posiciones bien dobladas.

Actualización: Ahora dicen que quieren fichar a Bruno Alves, a pesar de que con Puyol, Márquez, Piqué, Martín Cáceres, la más que posible vuelta de Henrique que ha jugado muy bien en el Leverkusen (¿y Milito?) es una posición que debería estar más que cubierta. Tengo que reconocer que he visto muy poco de él, pero lo que he visto no me ha gustado, como el maravilloso "pase" a Rooney en los cuartos de final de la Champions League (perdón por la "música" del vídeo, no he encontrado otro. Es la segunda jugada). Puestos a fichar a otro central, que sea uno que no de pases de gol al rival, con Cáceres ya tenemos suficiente.

domingo, 7 de junio de 2009

Cuidado, puede que lo que está leyendo no sea verdad

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Bueno, tía, me bajo en esta parada. Te llamo luego y seguimos hablando– le decía una adolescente a otra poco antes de llegar a la parada de Universitat del metro de Barcelona.
–No, no, que ya no voy a usar más el móvil– le contestó la otra chica.
–¿Pero qué dices, tía?– se sorprendió su compañera –¿Tanto has gastado? ¿Te han echado bronca tus padres?
–¡No, no! ¡tía! ¿No viste las noticias ayer? Se ve que los móviles tienen unas radiaciones raras o algo así… ¡se hacían palomitas de maíz poniéndolas entre cuatro teléfonos!

El 14 de junio de 2008, Antena 3 emitió en su edición de las tres de la tarde un vídeo que llevaba unos días circulando por Internet. En él se podía ver como un grupo de personas hacía palomitas de maíz poniendo el grano entre cuatro teléfonos móviles y llamando. Al cabo de unos segundos el copo de maíz se convertía en una perfecta palomita dispuesta a ser devorada en cualquier sala de cine. En menos de una semana había tres vídeos en YouTube con el mismo experimento, dos versiones americana y una japonesa. Rodados sin cortes, con una estética casera y en el que se podía oír a los participantes apostando por si el experimento funcionaría o no, superaban el millón de visitas.

Sin embargo todo era mentira. Era parte de una campaña de márqueting viral realizada por una empresa llamada CardoSystems, especializada en auriculares bluetooth para móviles

Con la llegada de Internet se ha multiplicado el flujo de información, y también el de los bulos. Cada día se envían miles de correos electrónicos avisando que Hotmail convertirá el Messenger en un servicio de pago, sobre virus que borran todo el contenido de tu disco duro o métodos para ganar dinero fácil. Sin embargo, la historia de los bulos posiblemente sea tan antigua como lo es el ser humano, ya sea para buscar el poder o por pura o simple diversión.

Montajes medievales
Aunque la historia de las farsas es mucho más antigua, los primeros bulos a gran escala de los que se tiene constancia son de la edad media. Hasta entonces la mayoría de engaños consistían en falsas criaturas fantásticas que los feriantes usaban para atraer a un público inculto, pero pronto empezó a cambiar y pronto empezaron a tener utilidades políticas.

En el año 877, el Papa Juan VIII fue capaz de evitar un cisma con la iglesia de Oriente permitiendo que Foncio, patriarca ortodoxo de la época, siguiera en su cargo tras volver a aceptar el dogma católico y disculparse ante el pontífice tras haber acusado a Roma de manipular el credo con intereses propios. Esta mano blanda no gustó a muchos enemigos del Papa y comenzaron a circular rumores por el Vaticano que aseguraban que Juan VIII era “afeminado”. Se llegó incluso a afirmar que el Papa, durante uno de sus viajes, había dado a luz a un bebé durante un desfile, iniciando la leyenda de 'La papisa Juana'. El parto causó que fuera lapidada por el gentío enfurecido, cuando la realidad es que Juan VIII murió envenenado.

Trescientos años más tarde, el 24 de diciembre de 1144, caía ante las tropas musulmanas el condado de Edesa, el primer estado cruzado en formarse, al sur de la actual Turquía. Esta derrota fue muy dura para los cruzados, hasta tal punto que muchos reyes cristianos se plantearon olvidar la reconquista de la Tierra Santa. Pero entonces sucedió algo inesperado: el emperador bizantino Manuel I recibió una carta del legendario Preste Juan en la que mostraba su voluntad de ayudar en la guerra contra los enemigos de la Cristiandad. Según contaba la leyenda, el Preste Juan era un descendiente de uno de los Reyes Magos cuyo reino, se suponía, se extendía desde más allá de la India a las tierras en las que nacía el Sol. En la carta, el Preste describía sus fantásticas tierras, las criaturas fantásticas que las habitaban, como toros de siete cuernos o pájaros tan grandes que podían matar a un hombre con armadura, y de una fuente cuyas aguas, decía, proporcionaba la juventud eterna a quienes las bebían. El Papa Alejandro III, al oír de un reino cristiano más allá de las tierras conocidas, que soñaba con un reino cristiano global, escribió una epístola dirigida al Preste pidiéndole ayuda para los cruzados y envió a varios emisarios en búsqueda del reino. Jamás lo encontraron.

Aunque el autor de la carta es desconocido, la teoría más aceptada es que provenía de un clérigo que pretendía motivar a los ejércitos cristianos que luchaban por devolver a la Cristiandad la Tierra Santa. Lo logró. De hecho esta farsa tuvo tanto éxito que marco durante varios siglos la exploración europea de Oriente. Aventureros como Marco Polo aseguraron haber encontrado el reino, y cuando los portugueses llegaron al reino cristiano de Etiopía en el Siglo XV pensaron que estaban en las tierras del Preste Juan.

¿Llegó Marco Polo a China?
Precisamente uno de los aventureros que aseguró haber encontrado el reino del Preste, Marco Polo, puede ser el protagonista de una de las farsas más importantes de la edad media, sobre todo por que su leyenda aún llega hasta nuestros días. Según la sabiduría popular, Marco Polo es uno de los exploradores más importantes del mundo, viajó hasta China, donde se ganó el favor del gran Khan Kubai que le llegó a nombrar su emisario. Se le atribuye la introducción de la pólvora en Europa, aunque la realidad es que la primera vez que esta fue usada en el viejo continente fue en la Batalla de Niebla (Huelva), en 1262, cuando Polo tenía apenas ocho años.

Sin embargo, algunos historiadores creen que nunca llegó a viajar mucho más allá de los puestos mercantes de su familia en el Mar Negro. El argumento principal es una serie de omisiones que difícilmente no hubieran captado la atención a un viajero europeo. El despiste más evidente de Polo es que, a pesar de haber servido más de 17 años al Kahn viajando por China en diferentes misiones, jamás se fijó en la Gran Muralla que separaba las tierras de su señor del Imperio Mongol. Tampoco habla de la impresión xilográfica, entonces desconocida en Europa, y a pesar de dedicar varias páginas de su libro a describir las diferentes variedades de vino chino, no habla del té y omite que se come con palillos y tampoco menciona la costumbre de vendar los pies a las mujeres, algo que sí fascinó a viajeros europeos que llegaron a China posteriormente. Además en los exhaustivos archivos que se guardaban en la corte china no se habla en ningún momento de ningún emisario extranjero de ningún Kahn, si bien es cierto que sí aparece un emisario llamado Po-Lo.

Posiblemente el viajero veneciano, que tenía fama de exagerado ya que siempre aseguraba haber visto "millones de personas" o "millones de pájaros", no llegó a cruzar el Mar Negro, pero pudo haberse hecho con numerosa documentación sobre China gracias a sus tratos con los persas. Esto le pudo permitir describir el uso de la porcelana, el carbón o el papel-moneda, tres cosas desconocidas en Europa en tiempos de marco Polo. Sin embargo, para historiadores como Frances Wood es muy complicado imaginar como pudo alguien viajar hasta China y perderse todos los detalles que Marco Polo se perdió, aunque según dice la leyenda, estando en su lecho de muerte, su familia le preguntó por la realidad de sus viajes, a lo que él contestó que "no había contado ni la mitad de lo que vio".

Interrumpimos la emisión...
Uno de los engaños más sonados del siglo XX tuvo lugar el 30 de noviembre de 1938.
Aquella tarde, los oyentes que sintonizaron la CBS se toparon con lo que aparentemente era un programa musical normal y corriente, la orquesta de la cadena dirigida por Bernard Hermann (compositor de la mayoría de bandas sonoras de Hitchcock, incluida Psicosis). Pero la programación musical fue interrumpida por un informativo epecial en la que el "conocido astrónomo" Richard Pierson explica que unas misteriosas explosiones han sido detectadas en la superficie de Marte.

La música volvía a la CBS, pero só lo para ser interrumpidapoco después, esta vez para informar de una lluvia de meteoritos en Grover's Mill, Nueva Jersey. El reportero Carl Phillips describe como el meteorito se desenrosca para convertirse en una nave marciana. Antes de morir, el periodista pudo explicar a la audiencia como el vehículo se elevaba y lanzaba unos rayos que incineraban a la multitud.

En un clima político de tensión creciente, a sólo unos meses del estallido de la Segunda Guerra Mundial, una gran parte de la audiencia pensó que lo que estaba oyendo era real, y según revelaron estudios posteriores, muchos de los que habían escuchado sólo una parte del programa o de los que se habían enterado por terceros pensaban que se trataba de una invasión de la Alemania de Hitler, no de alienígenas. A pesar de los dos avisos, uno al comienzo de la transmisión y otro en el minuto 40, que indicaban que se trataba de una adaptación de la novela de H.G. Wells 'La guerra de los mundos' mucha gente escuchó únicamente este segmento. Aterrorizados, llamaron a amigos y familiares que, a su vez, avisaron de lo que sucedía a terceras personas, generando aún más pánico y confusión. El cliché se cumplió y la centralita de la policía se colapsó, igual que algunas de las carreteras de salida de la ciudad de Nueva Jersey.

Aunque la leyenda dice que el terror invadió el país, la realidad es que, en medio de una enorme confusión, poca gente hizo más que llamar a las autoridades y a sus familiares. Sin embargo, sí que hubo un lugar en el que el pánico se adueñó de todos. Fue en Concrete, en el estado de Washington. En el preciso instante en el que la radio narraba como los invasores avanzaban hacia el centro del país, un cortocircuito en una central eléctrica dejó sin luz a buena parte de los casi mil habitantes de la ciudad. El terror fue total: la gente sacó sus escopetas del baúl hubo quienes se atrincheraron en sus casas, otros huyeron a las colinas cercanas con sus familias y un hombre de negocios católico recorrió casi 65 kilómetros hasta la ciudad de Bellingham para encontrarse con su párroco y pedirle una última confesión. Por el camino paró en una gasolinera, que abandonó sin pagar ya que, según él, no tenía sentido porque "todos iban a morir".

Sin embargo, detrás de la invasión no estaban ni unos malvados alienígenas ni tampoco Adolf Hitler, quien estaba detrás era un joven de 24 años, nacido en Wisconsin, llamado Orson Welles que gracias a la fama lograda con este episodio fue fichado un año después por la RKO, uno de los principales estudios de la industria cinematográfica del momento, industria que revolucionaría en 1941 con Ciudadano Kane. Tras el revuelo causado por el programa, la CBS decidió prohibir el uso del "interrumpimos la emisión" con fines dramáticos.

No está claro si crear el caos que creó era la intención del genial director, sin embargo su programa, de escasa audiencia, competía en horario con 'Chase and Sanborn Hour' de la NBC, uno de los programas más escuchados del momento, y necesitaba un golpe de efecto si quería aprovechar sus descansos, en los que la audiencia solía cambiar de frecuencia de la misma manera que hoy hacemos zapping en la televisión. Lo consiguió.

Habrá quien crea que esto no podría ocurrir hoy en día, sin embargo algo similar sucedió recientemente en Bélgica. El 13 de diciembre de 2006 la RTBF interrumpió su programación, 'Questions à la une' un programa de investigación que emite cada miércoles la televisión pública, para anunciar que el Parlamento de Flandes acaba de votar a favor de su independencia: Bélgica se dividía. En el informativo se mostraban imágenes del rey Alberto II y su familia abandonando el país, la sede de la OTAN en estado de alerta, señales de tráfico con su traducción al francés tachada, incluso nacionalistas catalanes celebrando la secesión belga. Se entrevistaron a políticos y personajes conocidos que daban su opinión sobre el cambio político que estaba teniendo lugar. "Bélgica ha dejado de existir" anunció el presentador.

Igual que con 'La guerra de los mundos' , la emisión del programa generó una gran agitación y confusión entre la población, que una vez más volvió a colapsar centralitas, en este caso la de la televisión belga que emitía el reportaje, así como su página web. Muchos belgas llamaron a familiares y amigos del extranjero para explicar lo que supuestamente estaba ocurriendo. Estos, al no encontrar ninguna noticia, colapsaron también las líneas telefónicas de diversas embajadas belgas. La gente corrió a sacar su dinero de los bancos, incluso algunos soldados de permiso se personaron en sus cuarteles. Pasó casi media hora antes de que la cadena pública anunciara que todo aquello no era más que un montaje.

Según Philippe Dutilleul, director del terremoto televisivo, su intención era poner encima de la mesa un problema que en los últimos meses se había venido agudizando: el enfrentamiento entre los francos y los valones. "La gente se lo creyó, porque saben que puede suceder. La reacción muestra que hay una inquietud, que los francófonos realmente piensan que Flandes se puede escindir", afirmó unos días después Dutilleul.

Un gol a los medios
Sin embargo, no siempre que los medios publican una historia falsa como algo real es a propósito.

"El cosmonauta fantasma, un nombre misterioso para una profesión llena de secretismos". Así comenzó Iker Jiménez, el 11 de julio de 2006, la historia de Ivan Istochnikov un astronauta soviético desaparecido en el espacio junto a una perra llamada Kloka que le acompañaba.

El investigador de lo misterioso y su colaborador Gerardo Peláez hablaron de un astronauta soviético lanzado al espacio en 1968, a bordo de la nave Soyouz 2, y que se esfumó sin dejar rastro. Supuestamente, tras el fracaso de la misión, las autoridades rusas trataron de hacerlo desaparecer también de los documentos oficiales, eliminando al pobre Istochnkov de diversas fotos, "borrándolo de la historia". No contentos con especular incluso con una posible abducción extraterrestre, explicaron como el periodista que descubrió el caso, Mike Arena, consiguió contactar con la última persona que vio al cosmonauta fantasma, el piloto de la Soyouz 3. Sin embargo, 24 horas antes de encontrarse con Arena, el astronauta moría "misteriosamente".

Pero lo cierto es que nunca existió ningún Ivan Istochnikov, al menos ninguno que fuera ruso, astronauta y que desapareciera en "las inmensidades del espacio". Ivan Istochnikov es el nombre en ruso de Joan Foncuberta, el nombre de un conocido fotógrafo barcelonés conocido por sus montajes en los que mezcla realidad y ficción y que estaba detrás de la historia del misterioso cosmonauta.

De echo, la historia de "el cosmonauta fantasma", completamente ficticia, era el eje vertebrador de la exposición "SPUTNIK" que el catalán montó en 1997 para la fundación telefónica en la que mezclaba elementos reales, como documentación sobre los proyectos espaciales soviéticos y partes reales de antiguos satélites espaciales rusos con elemenos de ficción como la historia de Istochnikov, a quien daba vida el propio Fontcuberta. A pesar del tiempo transcurrido y de que el montaje es relativamente conocido (El Mundo ya publicó un reportaje como si fuera una historia real, pero con un aviso en la última página en la que avisaba de que todo era fantasía. Además, Fontcuberta fue premiado por este trabajo en el Festival de Fotografía Internacional Arlés) Iker Jiménez, seguramente sin contrastar la información, lo tomó como real y le dedicó seis minutos de su programa. En su rectificación, unos días más tarde, Jiménez calificó la exposición de "extraña, en la que fusionaban realidad y ficción, creando esta historia". "Desvelamos así la curiosa paradoja de Istochnikov, el cosmonauta fantásma que realmente es leyenda cósmica", sentenció el investigador de lo extraño.

Pero los bulos no sólo se les cuelan a los cazafantasmas y amantes de las teorías de la conspiración. En ocasiones, medios serios que gozan de una gran credibilidad también han visto como publicaban historias falsas.De la misma manera que Antena 3 dio por bueno el vídeo de las palomitas, la agencia EFE envió el 13 Marzo de 2007 una nota en la que aseguraban que un estudio, llevado a cabo por el Instituto Lovenstein, según el cual George Bush era el presidente americano con el coeficiente intelectual más bajo de los últimos 60 años, inmediatamente por debajo de su padre y de Ronald Reagan. El País, Cadena SER, 20 minutos, El Universal, incluso The Guardian se hicieron eco de la nota de EFE que resultó ser totalmente falsa.

En un comunicado, EFE atribuyó el origen de la información a Hugo Chaves, sin embargo el bulo era bastante más antiguo: ya circulaba por correo electrónico desde el año 2001.

El desmentido, todavía peor
En ocasiones, cuando surge un rumor, desmentirlo es todavía peor que ignorarlo.
Un periódico local publicó en una ocasión que los frutos secos que vendía la marca catalana Borges provenían de Ucrania. No habiendo transcurrido mucho tiempo desde el incidente de Chernóbil, la publicación aseguraba que el nivel de radiación que emitían los estos productos, concretamente los pistachos, eran mucho más alto de lo que permitía la ley, pudiendo llegar a tener graves efectos para la salud.

En un primer momento la información, totalmente falsa, apenas tuvo impacto. Sin embargo, el fabricante decidió emitir un comunicado desmintiendo la noticia. En ese momento las ventas de Borges se desplomaron.

Sin embargo, en el caso de bulos que ya se han extendido, el desmentido suele tener un impacto muy inferior al rumor original, incluso con sentencias judiciales a favor de por medio.
En caso de que un medio de comunicación haya publicado una noticia errónea, la rectificación, si la hay, suele ocupar un espacio muy inferior al descuido original.

Necesidades sociales
Según el Dr. Ferrán Saez, profesor de la Universidad Ramon Llull, la aparición de estos fenómenos responde a una necesidad por parte de la gente de escuchar ciertas historias. "Si yo entro en Internet y digo que hay un árbol que no hace la función clorofílica, lo más probable es que a la mayoría de gente le de igual, pero si yo saco una historia sobre uno teléfonos con los que puedes hacer palomitas, todo el mundo me escuchará porque en cierta manera hay una sensación de abuso con los teléfonos".

De esta manera, el bulo que publicó EFE sobre Bush respondería a la necesidad de una parte de la sociedad de explicar porqué se tomó la decisión de invadir Irak o cualquiera de las muchas políticas del expresidente que no tenían el apoyo de la mayoría de la población, de la misma forma que la tensión previa al estallido de la Segunda Guerra Mundial facilitó el ataque de histeria colectivo que causó "La Guerra de los Mundos" y las crecientes diferencias entre francos y valones hicieron lo propio en Bélgica, o la necesidad de un clavo ardiendo hizo que los cristianos creyeran y se aferrasen la carta del Preste Juan. "Las leyendas urbanas, los bulos y los chistes van todos en el mismo saco. Son lo que la gente necesita y quiere oír, son síntomas de que algo está ocurriendo. Por ejemplo, a finales de los años 20 se extendió por España el rumor de que Alfonso XIII era gitano. Es cierto que tenía la piel más oscura que sus parientes, pero gitano en aquel momento era un insulto terrible. No es casualidad que poco tiempo después llegara la República. No es que tenga una relación causal, pero sí es una muestra de que algo está cambiando".

Estos fenómenos, su aparición y el hecho de que la gente se los crea pone de manifiesto la fragilidad de nuestro sentido crítico. Cuando la gente escuchó en la radio que nos invadían los extraterrestres, se lo creyeron porque lo decía la radio, y la radio no puede equivocarse, de la misma manera que es indudable que el grano de maíz se ha convertido en una palomita cuando los móviles han sonado, el vídeo no engaña. Si en un museo de historia natural nos dicen que una vez existieron elefantes voladores, nos lo creemos porque es un museo, y los museos son un templo del saber. Sin embargo, la radio engaña. El vídeo engaña. Es más, puede ser que todo lo que acaba de leer no tenga ni una palabra de verdad.