sábado, 30 de mayo de 2009

El fin de la historia, empieza otra cosa


27 de marzo de 2009. Samuel Eto’o lanza un latigazo en la primera ocasión del Barça tras diez minutos arrolladores del United y supera a Van der Sar, que la verdad podía haber hecho más. Fue un golpe mortal para los ‘Red Devils’ que quedaron totalmente desfigurados y no volvieron a mostrar el poder de los primeros minutos. Aún así, los de Ferguson son uno de los equipos más peligrosos del planeta y cada vez que Cristiano Ronaldo, Rooney, Tévez o Berbatov tocaban un balón el estómago de todo el barcelonismo bailaba el hulla-hop. Cuando Xavi estrelló el balón en el palo (¿cuántos ha habido ya esta temporada? ¿otro record?) a toda la culerada pensó “como lleguemos al minuto 75 con el 1-0 nos acordaremos de esto”. Pero no ocurrió. En el minuto 70 una criatura de 1,69 se eleva ante Rio Ferdinand, central de 1,91, y Edwin van der Sar portero de 1,98, remata un centro de Xavi, supera al meta holandés por arriba y pone el 2-0. Dos minutos después Víctor Valdés salva un gol a bocajarro de Cristiano Ronaldo. Lo más complicado estaba hecho. Salvo milagro inglés, el Barça lograría el triplete.

Y
así fue. Carles Puyol levantó el tercer título de la temporada, la tercera Champions del Barça. Y de las tres orejudas, seguramente ha sido la más complicada de todas. El Lyon puede que nunca haya sido un grande de Europa, pero desde luego siempre ha sido un rival complicado y tuvieron una media hora inicial en la ida en la que bien podían haber borrado del mapa a los de Guardiola. El Bayern de Munich ha sido el gran fiasco de la temporada, pero no por ello era un rival fácil. Venía de destripar por 12-1 a un Sporting de Lisboa que a punto estuvo de dar un susto al Barça en la fase de grupos con dos goles en dos minutos. El Barça nunca había superado a los bávaros en una doble eliminatoria, por si fuera poco con la vuelta en Alemania, y aunque no llegaban en su mejor momento tiene grandísimos jugadores como Luca Toni, Bastian Schweinsteiger o el gran Franck Ribéry. La semifinal contra el Chelsea, con la vuelta en Stamford Bridge, ha sido posiblemente la prueba más complicada de toda la temporada. Hiddink supo encontrar los puntos débiles del Barça y los explotó. Únicamente Iniesta evitó una derrota que por otro lado tampoco hubiera sido injusta. Sin embargo, por mucho que diga es señor Cristiano Ronaldo, eso no quiere decir que el Barça no mereciera estar en la final, ni siquiera por los supuestos penaltis no pitados (que, excepto las manos de Piqué, son todos como mínimo discutibles). Contra un equipo que le había tomado la medida a la perfección, el Barça no perdió la cara al partido, no se rindió, no desesperó ni perdió los nervios, y al final llegó la recompensa en forma de Iniestazo.

A parte de poner Fuentealbilla en el mapa, aquel gol certificó que algo había cambiado en los genes azulgranas. En Kaiserslautern Jose Mari Bakero marcó un gol que giró la historia de un club que estaba acostumbrado a que los goles en el último minuto fueran en su contra. Iniesta certificó ese cambio con el más difícil todavía: Marcando ante un rival mucho más complicado, con el tiempo reglamentario ya cumplido, en el primer tiro a puerta del Barça y en las semifinales. Mientras que en épocas pasadas los errores arbitrales convertían faltas fuera del área en penaltis, ahora el colegiado no ve unas manos en el área culé que bien podrían haber sentenciado la eliminatoria. Mientras que en el pasado el Barça había dominado finales para encajar goles en las pocas llegadas del rival, ahora la primera ocasión azulgrana acaba en el fondo de la red. ¿Será que ahora el Barça tiene la tan llamada suerte del campeón?

Este cambio en la trayectoria del club también se nota en la afición. Cualquiera que conociera mínimamente la mentalidad culé hubiera predicho que el ánimo general ante una final de Champions contra el Manchester United, posiblemente el rival más feroz al que se ha enfrentado el Barça en una final europea, sería pesimista. Pero no. A pesar del rival y a pesar de las bajas, siempre ha flotado un halo de optimismo antes prácticamente impensable. Y el equipo respondió también de una manera impensable. Siempre se había dicho que el Barça para ganar tenía que jugar bien, mientras que otros equipos, como el Madrid, podía ganar jugando mal. Cuando peor estaban los de Guardiola, cuando todo indicaba que los ‘Red Devils’ acabarían con el tan cacareado triplete, Eto’o marcó el gol que acabó por desequilibrar la final.

Y todo cuando hace un año parecía que el Barça tendría que embarcarse en una temporada o dos de transición mientras que un Madrid que ganó la Liga pasada con la guitarra se perfilaba como un candidato para dominar el fútbol español. Pero Guardiola ha sabido, de alguna manera, a golpe de Coldplay o de Gladiator, resucitar un vestuario aparentemente muerto y enterrado después del 4-1 del año pasado. El propio técnico no se cansa de repetir que ahora todo el mundo le llama guapo porque la pelotita entra, pero que cuando deje de entrar se convertirá en el sparring de la afición. No le falta razón, y también es verdad que no se puede juzgar la calidad de un entrenador en una sola temporada, ni siquiera en dos, porque su éxito está muy estrechamente ligado a los jugadores que tiene. Grandes entrenadores han fracasado por culpa de sus plantillas y de la misma manera entrenadores mediocres, caso de Frank Rijkaard o Vicente del Bosque, han tenido grandes éxitos gracias a encontrarse un equipazo en sus manos. Pero nadie le puede quitar lo bailado a Pep. Él ha sido la única gran novedad con respecto al Barça del año pasado –salida de Ronaldinho y Deco aparte, que tampoco es poca novedad-, por lo tanto no es difícil deducir que también ha sido el gran revulsivo. Con esto, no pretendo subirme al carro a toro pasado. Yo tenía muchas dudas cuando anunciaron que el de Santpedor dirigiría el nuevo proyecto azulgrana, era partidario de la opción Mourinho, aunque me forzaba a creer en Guardiola por ser él quien era. Todavía hoy no tengo muy claro algunas de sus acciones, especialmente ciertos cambios e ideas como poner a Keita de lateral en la final de Roma, una guardiolada como otra cualquiera que me da más miedo que dos pedradas (o que las bolas de goma saca-ojos de los Mossos).

Puede que Guardiola no sea el mejor entrenador del mundo, pero muy posiblemente sea el mejor entrenador del mundo para el Barça. Su discurso, fundamentado en el conocimiento del club, de la afición y del tan temido entorno, no sólo ha sabido regenerar a la plantilla, sino que también ha sabido ilusionar a la ‘gent blaugrana’ que se ha movilizado como nunca para apoyar al equipo, se ha desplazado más que nunca y la cultura de llevar la camiseta al campo, o en su defecto cualquier artículo azulgrana, se ha impuesto en una afición tradicionalmente sosa y pesimista, cuya seña de identidad era la mítica frase “ay, que encara patirem” (Ay, que aún sufriremos). La directiva, que en los últimos años había sido protagonista con guerras intestinas, episodios rocambolescos, Sandros Rosells, Alejandritos Echevarría y otros animadores de la corte se ha pacificado, y el showman Laporta ha dejado de lado sus discursos lorísticos y sus gallumbos aeroportuarios para ceder el protagonismo a los once tipos que dan patadas a un balón y al individuo que los dirige.

Mientras que los merengues se empiezan a aferrar a las Copas de Europa ganadas hace 60 años, alarmante síntoma de una alarmante decadencia, y al retorno de un Mesías que abandonó el barco como una rata cuando se hundía (y, dicho sea de paso, ganó las mismas Ligas y Champions que el Barça durante su mandato), Guardiola ha matado en una sola temporada los grandes referentes del Barcelonismo para marcar otros nuevos y mejores. La gente ya no recordará el 0-5 de Cruyff en el Bernabéu, se acordarán del 2-6; no se recordará Kaiserlautern, se recordará Stamford Bridge; el penalti parado por Urruti en Valladolid será sustituido por el de Pinto en Mallorca. El Barça de las Cinco Copas deja paso al Barça del triplete, la culminación de un cambio de mentalidad en el club que se inició hace 20 años con el Dream Team que dirigió Cruyff . El Barça, a sus 110 años de historia, se ha hecho mayor.

miércoles, 27 de mayo de 2009

No todos los caminos llevan a Roma

En septiembre había varios equipos que aspiraban a ganar la final de Roma. El Inter de Milán había fichado a José Mourinho con la clara intención de dar un salto de calidad en Europa después de tres temporadas de dominar una devaluada Liga Italiana. El Bayern de Munich volvía a la máxima competición un año después armado con grandes cracks como Luca Toni, Miroslav Klose o el gran Franck ‘Scarface’ Ribery. El Real Madrid, tras ganar con gran autoridad la Liga el año pasado, salió chorreado por el Liverpool, un Liverpool que esperaba que los goles de Torres les llevara a su tercera final en seis años. El Arsenal confiaba en el liderazgo de otro español, Cesc Fàbregas, para alzarse con el trofeo que se le escapó en 2006 ante el Barça. El talonario de Abramovich volvió a azotar el mercado en busca de su anhelada Champions que el año pasado se esfumó por un inoportuno resbalón de su capitán. El Zenit de Arshavin, tras asombrar a Europa ganando la UEFA y tumbar al todopoderoso United en la Supercopa de Europa aspiraba a ser la gran sorpresa del 2009.

Pero ocho meses después todos estos equipos verán el partido desde su casa. El Futbol Club Barcelona y el Manchester United sol los dos equipos que se han ganado el privilegio de jugar la final de la competición de clubs más importante de esta parte del Universo. El Olímpico de Roma verá un duelo entre los que son, por fútbol y por números, los dos mejores equipos del mundo con diferencia. Sobre el césped, también los dos mejores jugadores del planeta: Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

El Manchester de Sir Alex Ferguson es un equipazo. Ferdinand y Vidic son una de las mejores parejas de centrales de Europa, aunque el serbio en los últimos meses no esté en su mejor momento. El francés Patrice Evra será un obstáculo difícil de superar para Leo Messi. Carrik, Park y Anderson forman un centro del campo muy trabajador que cuando tienen el balón tal vez no son capaces de moverlo como Xavi e Iniesta, sin embargo son capaces de lanzar contraataques como cuchillos. Y arriba… arriba tienen pólvora suficiente para convertir Chernóbil en un camping. Cristiano Ronaldo, Rooney, Tévez, Berbatov…

A Cristiano Ronaldo no hace falta presentarlo. Su calidad es únicamente comparable a su chulería y únicamente Messi está a su altura en todo el planeta fútbol. Tal vez no sea tan rápido y tan desequilibrante en el regate como el argentino, pero va mucho mejor de cabeza y sus cañonazos desde fuera del área dejan a los de Oliver Atom como el estornudo de un gorrión. Además, tras un inicio de temporada un tanto irregular, el portugués llega a Roma en un estado de forma óptimo. Rooney tal vez sea uno de los delanteros más infravalorados del mundo porque no marca tantos goles como otros (sólo cuatro en doce partidos de la presente Champions), pero su presión y su capacidad para robar balones al rival han dado muchos de los goles que han marcado Cristiano y Tévez. Si tuviera un poco más de cabeza y supiera controlar su carácter sería de los mejores delanteros del mundo junto a Messi y a Cristiano Ronaldo. Por si todo esto fuera poco en la recámara estarán jugadores como Nani, Berbatov, leyendas como Giggs o Scholes y jóvenes talentos como Federico Macheda. A todo esto hay que sumar la motivación de poder ser el primer equipo que logre dos títulos seguidos desde que la competición tiene el formato actual de Champions League.

Nunca en su historia el Barça se ha enfrentado en la final de Champions a un equipo tan sumamente potente como este Manchester United. Ni el Benfica que nos venció de manera incomprensible en Berna, la final de los palos, en 1962. Tampoco el Steaua de Bucarest del “imbatible” Duckadam, al que en la final de Sevilla en 1986 el Barça fue incapaz de marcar un solo gol, ni en la tanda de penaltis. Tampoco la Sampdoria de la mítica final de Wembley del 20 de mayo de 1992, tampoco el Arsenal de Henry y Hleb que cayó ante el gol de Belletti el 17 de mayo de 2006. Ni siquiera aquel Milan de Fabio Capello que puso punto y final al Dream Team en la final de Atenas tenía la calidad del conjunto de Ferguson.

Pero no hay que tener miedo. Si hay un equipo que puede hacer frente a los ‘Red Devils’ ese es el Barça. Ante Cristiano, Messi; ante Rooney, Etoo; ante Tévez, Henry; ante Anderson, Iniesta. Los azulgrana también tiene su propio arsenal. Además, de estos jugadores hay cuatro que forman el “Club de la Espina Clavada”. Henry perdió la final de 2006 frente al Barça después de que Valdés salvara hasta tres goles cantados del francés, que está ante la que posiblemente sea su última ocasión de alzarse con la Champions. Iniesta, que saltó al campo como suplente para revolucionar el partido, vio como Rijkaard Rizoparte se decantaba por Van Bommel y le relegaba al banquillo. Xavi y Messi no jugaron aquella final tras dos graves lesiones*. Esto debe servir de motivación extra para estos jugadores claves en el Barça de Guardiola. Además, la plantilla es consciente de que puede hacer historia logrando un triplete inaudito en España, para lo que sólo sirve la victoria.

Es cierto que las bajas en defensa son importantes, especialmente Alves y Márquez, y lo cierto es que los planes de Guardiola de poner a Touré de central y a Keita de lateral izquierdo no acaban de convencer, es mucho mejor apostar en la izquierda por un especialista como Sylvinho y en la derecha Cáceres puede ser un gran recurso: es rápido, buen marcador y va muy bien al corte. Si sus compañeros están atentos y le ofrecen las ayudas necesarias cuando tenga el balón, su gran talón de Aquiles, puede resultar una buena manera de frenar las entradas de Ronaldo por esa banda.

Por otro lado, el United da la sensación de que llega a Roma con una sensación de cierta autosifuciencia que puede ser perjudicial para los ingleses. En los últimos años se han dado varios ejemplos de vigentes campeones que han caído en la final de la Champions. En 1995 un gol de Patrick Kluivert acababa con las posibilidades del Milan, que venía de haberle endosado un 4-0 al Barça en la terrible noche ateniese, de lograr su segundo título consecutivo. Un año después, el propio Ajax de Van Gaal, considerado una máquina de hacer fútbol llegaba como gran favorito a la final de la Champions, pero la Juve acabó llevándose la final en la tanda de penaltis después de que Edgar Davids y Sonny Silooy fallaran el primer y el cuarto lanzamiento. Un año después la Juve llegaba como gran favorita a la final, pero un gran Borussia Dormund liderada por Mattias Sammer en el final de su carrera venció por 3-1.

Sea como sea, los afortunados que vayan a la final tienen todas las papeletas de ver uno de los mejores partidos de la historia del fútbol. Con dos de los equipos que mejor fútbol han desarrollado en los últimos años, con dos de los jugadores más espectaculares de los últimos tiempos, y en uno de los estadios más impresionantes que ha regalado la arquitectura moderna. Con todo, tal vez el Manchester parta como favorito para alzarse con la Champions, pero si hay un equipo que esta temporada ha demostrado que puede cruzar el infierno y, con una sonrisa, salir vivo, ese es el Barça. Gane quien gane, nadie podrá decir que el campeón no lo sea de una manera merecida.

*También Alexander Hleb perdió aquella final en la que fue titular con el Arsenal, pero si tiene que ser él quien saque esta final adelante yo me la corto y me meto a monja.

jueves, 21 de mayo de 2009

Talante, pero sin especificar de qué tipo

A pesar de haberse comparado con Obama en un vídeo que confrontaba sus posiciones políticas con las de Bush, el PSOE se dedica a imitar las estrategias del republicano para dedicarse a difamar a los partidos de la derecha en general y al PP en particular.

La última es un lamentable vídeo en la que se ven diferentes testimonios, debidamente teatralizados, que ensalzan los estereotipos de la derecha: un camarero que cree que los inmigrantes les quitan el trabajo, un cura que asegura que “en Europa sólo hay sitio para una religión” o un empresario a favor del despido libre. La traca la pone un cabeza rapada que, tras asegurar que la homosexualidad es una enfermedad, se despide dedicando a cámara un elegante gesto de “que te meto leche” . Con esto el partido del talante nos regala un precioso ejemplo del uso del miedo como un instrumento de marketing, porque claro, si el votante tiene pánico a tu rival ¿a quién van a votar?

Tras las críticas por parte del PP, López Aguilar ha lanzado al aire, inocentemente por supuesto, la pregunta "Sólo cabe preguntarles, ¿por qué te das tanto por aludido Partido Popular?", dejando entrever que es porque realmente refleja sus ideas. Nada más lejos de la verdad, teniendo en cuenta que el PP es el único partido de la derecha española que puede competir con el PSOE a nivel nacional… ¿quieren hacerme creer que el anuncio pretendía referirse a la Falange Auténtica?

Ya es triste ver cómo un partido al que se le ha llenado la boca al hablar de talante y de entendimiento se dedica a lanzar mensajes que fomentan los estereotipos e incitan el odio de manera descarada, porque ahora resulta que ser de derechas y votar al PP es ser homófobo, racista, y estar a favor de las guerras y de la pena de muerte. Pero más triste aún es ver el resto del panorama. El PP se ha pasado los últimos seis años acusando, de una manera más o menos velada, al PSOE de estar detrás de los atentados del 11-M, e identificando a todos los partidos nacionalistas con ETA, mientras que estos se defienden alegando que si por los populares fuera, el ejército entraría en tu ciudad con el brazo en alto. Respeto y democracia al poder.

Una lástima, pero como aportar argumentos y soluciones a los problemas es muy complicado, vamos a acojonar a la gente para que me voten. Pues a mi lo que me acojona es que, por lo que parece, en este país no hay nadie con el nivel moral suficiente como para gobernar.

miércoles, 20 de mayo de 2009

El fútbol no es un cuento de hadas

En un mundo mercantilizado, en el que muchas de las cosas se mueven única y exclusivamente por dinero y por poder, se hace curioso ver como un negocio que mueve una cantidad absurda de millones de euros como el fútbol tiene una extraña aureola de romanticismo que choca frontalmente con la realidad.

En los últimos días ha habido un par de casos que ejemplifican este marciano sentimiento naif: el caso de Noemí Rubio, la jugadora del Espanyol expedientada después de publicar en Facebook fotos animando al Barça, y las críticas de cierto sector de la afición futbolística, especialmente del Barça, al estilo de juego mostrado por equipos como el Chelsea o el Madrid.

Sobre la primera noticia, empezar diciendo que la chica en cuestión debe ser medio lela (nótese que he dicho “debe ser” y no “es”) mientras que el señor Josep Ramió, encargado del fútbol femenino del Espanyol, es un completo cretino (nótese que he dicho “es” y no “debe ser”). Desde luego lo si eres jugador/a de un equipo, pintarte la cara y desplazarte hasta valencia para animar al máximo rival, aunque sea de otra categoría, no es lo más inteligente que puedes hacer, y después subir la foto a Facebook (donde ya tiene un grupo en su defensa) es de traca. Un buen ejemplo del cuidado que se tiene que tener con las redes sociales si no quieres quedar en evidencia con quien no quieres. Aquí se podría hablar de los inconvenientes de la “carrera por ver quién tiene más amigos” que suele llevar a casi todos los usuarios a aceptar a todo bicho viviente con quien se ha cruzado alguna vez, se podría hablar del peligro de subir fotos de otras personas (y no me refiero a fotos de “ay, se me ve la pata de gallo” sino a fotos que pueden implicar problemas personales serios) pero sería alejarse mucho del tema principal. Por otro lado, es lamentable la reacción del Espanyol, expedientándola y apartándola del equipo. Y encima el señor Ramió se queda tan ancho al decir que “se tiene que adaptar a nuestra sensibilidad”. Habiendo aceptado que la chica no estuvo excesivamente brillante, lo que es inaceptable es que despedir a una jugadora por ser de otro equipo, más que nada porque si todos se pusieran así el fútbol serían tres contra tres en vez de once contra once. Y más si la jugadora en concreto ha demostrado domingo tras domingo su profesionalidad dejándose la piel en el césped, como por lo que tengo entendido es el caso. Además, no se puede decir que Noemí estuviera animando a un rival directo. No sólo estaba apoyando a la sección del sexo opuesto, con la que no compite, sino que además lo hacía en una competición en la que el Espanyol hace tiempo que estaba eliminado. Y seamos francos: el azulgranas y blanquiazules, precisamente competencia directa no son. Es posible que si un día viera a Iniesta celebrar un gol del Madrid me molestara, pero si un día veo a Henry celebrar uno del Arsenal, pues lo encontraría normal. ¿Porqué? Porque además no ser la misma competición, el jugador ha demostrado sobradamente su compromiso en el campo, donde lo tiene que demostrar. Hoy en día todo lo demás son cuentos de hadas. El 99% de los jugadores juega donde mejor les pagan. Los que juegan con la camiseta que sienten son una minoría privilegiada que, además, abría que poner a prueba para ver si no se la cambiarían por un puñado de euros.

El segundo punto venía siendo algo latente desde hace algunos años, se explicitó tras el partido del Madrid en el Camp Nou el pasado diciembre y explotó de manera definitiva tras la semifinal de Champions League frente al Chelsea. Se trata de un extraño menosprecio por parte de unos cuantos a todo aquel fútbol que no es ofensivo de toque y plástico, es decir, de todo aquel que no juega, o intenta jugar, como el Barça. Y esa actitud no se circunscribe exclusivamente a la afición culé, es algo que se ha extendido por todo España llegando a empapar incluso al Real Madrid, que de un tiempo a esta parte, sobre todo desde las ligas de Rijkaard, quiere ser como el Barça (normalmente se ha hablado la madriditis del culé, pero últimamente debería hablarse de la barcelonitis del merengue). Hay que reconocerlo, la segunda vuelta del Madrid, hasta el 2-6, ha sido para quitarse el sombrero. Puede ser que no desplegaran el fútbol más vistoso del planeta, incluso es cierto que su juego era errático y que muchas veces daba la sensación de que no sabían qué querían hacer. Cierto, pero no se puede reducir sus excepcionales resultados en la segunda vuelta a “es que tienen mucha leche” o “es que les ayudan los árbitros”. A base de suerte puedes encadenar cuatro o cinco victorias consecutivas, no diez. Gracias a errores arbitrales (que no es lo mismo que ayudas) puedes ganar siete u ocho partidos en una vuelta, no 17. Lo cierto es que a falta de fútbol y de ideas, el Real Madrid ha sabido competir con fe y ganas. Por suerte el Barça ha tenido la misma fe y las mismas ganas, a parte del mejor fútbol de Europa (con permiso del United), una fe y unas ganas que los azulgranas no tuvieron hace tres años cuando el Madrid de Capello, embrión del actual, ganó la Liga a base de la casta y del coraje, mencionados hasta el vómito. Tres cuartos de lo mismo se puede aplicar al Chelsea de Guss Hiddink. Se ha leído y escuchado por ahí que los ‘blues’ se cerraron atrás, que se limitaron a destruir el juego del Barça y a lanzar balones largos a Drogba a ver si pescaba alguno. Se dijo que “no jugaban a nada”. Falso. ¿Qué iban a hacer? ¿Abrirse? ¿Lanzarse al ataque a lo loco? El último equipo que hizo eso fue el Bayern de Munich y le cayeron cuatro en cuarenta minutos. El Madrid hizo lo mismo en el Bernabéu, renunció a su estilo y atacó al Barça. El resultado es bien conocido por todos. El Chelsea planteó la única eliminatoria que podía jugarle al Barça y, aceptémoslo, lo hizo casi perfecto. Anulo al Barça hasta tal punto que en Stamford Bridge los azulgranas no chutaron ni una sola vez en los 90 minutos. Messi casi no generó peligro, Xavi estaba ahogado y Eto’o a la deriva. El único fallo del Chelsea fue no matar al Barça cuando pudo, y eso en una semifinal de Champions puede ser fatal. Por suerte lo fue. Sin embargo, a pesar de la más bien escasa belleza del fútbol practicado por el Chelsea frente a la refinada gracia azulgrana, de no haber aparecido Iniesta hubieran sido los justos vencedores de la eliminatoria. Ante un equipo tremendamente superior técnicamente, los de Hiddink supieron maximizar sus virtudes y minimizar las del rival. No lo hicieron de una manera muy artística, pero en el fútbol gana el que marca un gol más que el otro, y no el que lo marca más bonito.

Sería precioso un fútbol en el que todos los jugadores llevaran en el corazón el mismo escudo que la camiseta ¿verdad? Sería precioso un fútbol en el que todos los equipos se lanzaran al ataque y practicaran un juego de virtuosismo ¿verdad? Despertad. Esto es un negocio. Esto es una competición. No un cuento de hadas.

domingo, 17 de mayo de 2009

Coche de Inseguridad

Normalmente me cuesta bastante encontrar la gracia a los videos de accidentes de coches, pero la verdad es que este en concreto es tremendamente absurdo. El safety car, que como su nombre indica supuestamente tiene que velar por la seguridad de los competidores, se salta la línea blanca de la salida de boxes y provoca que el líder de la carrera le arrolle ¡Bravo!

A partir del minuto 2.18:



Este vídeo me ha recordado al incidente del pobre Taki Inoue, que fue arrollado por el coche de los comisarios de pista cuando iba a ayudar a extinguir el fuego de su coche durante el GP de Hungría de 1995. El bienintencionado piloto japonés acabó con la pierna rota.

sábado, 16 de mayo de 2009

Ayudas o ladrillazos

ZP anunció en el Debate del estado de la Nación sus medidas para salvar un sector inmobiliario ahogado por la soberbia crisis económica: a partir de 2011 la compra de una casa no desgravará impuestos.

La idea es que la gente que tenía pensado comprar una casa en los próximos años adelantará sus planes con tal de aprovechar los últimos días de una de las pocas maneras legales de la siempre agradable actividad de pagar menos impuestos. Vale, en principio debería funcionar, ¿pero y luego qué? Por la misma regla de tres, cuando comprar un piso no desgrave las ventas de desmoronarán, al menos que la pitonisa sin dedos le haya chivado a ZP que en 2011 todo el mundo andará forrado de duros y hasta el vendedor de naranjas de Callejeros podrá comprarse sin problemas un piso en la Calle Serrano. Es decir se toman medidas para salvar un sector de una crisis económica para luego liarnos a ladrillazos con él. Qué bien. Además también es muy criticable la poca claridad con la que Zapatero ha anunciado la medida, ya que ni siquiera dejó claro si la gente que compre un piso antes del 2011 seguirá desgravando después de la fatídica fecha. Aunque no sería extraño que todo acabara el 28 de diciembre de 201 con un anuncio de que comprar un piso seguirá desgravando. ¡Era una broma! ¡Inocentes!

Pero no sólo eso, las ayudas al sector del automóvil también tienen su gracia. Resulta bastante ridículo que de los 2000€ con los que Zapatero pretende ayudar a la compra de coches nuevos, 1000 tengan que salir del fabricante. Esta genial idea supone que la mitad del dinero con el que el Gobierno pretende ayudar al sector saldrá de la propia industria automovilística. Como el dinero no cae del cielo, al menos últimamente, se supone que los fabricantes necesitarán ingresos extras para pagar el nuevo gasto ¿Cómo lo harán? Tal vez pongan un tenderete en la puerta de las oficinas para vender limonada, pero lo más probable a subir los precios. ¿Qué se ha ganado? ¡Nada! ¡Bravo, somos geniales!

A falta de ver si el dinero para pagar los portátiles prometidos para que los escolares puedan buscar pornografía en clase de mates también tiene que salir del fabricante, es bastante triste ver como un Debate sobre el estado de la Nación acaba por convertirse en un cruce de acusaciones más propia de un chat de Internet que de una sesión parlamentaria. Mientras Zapatero alababa sarcásticamente a Rajoy por “ser un maestro perdiendo elecciones” que le gana “dos a cero”, Rajoy se defendía asegurando que “de esto no saben ni una palabra” ni “leer” y sentenciando que “podían callarse”. Así arreglarán el mundo, seguro.

martes, 12 de mayo de 2009

Su futuro es la bomba

Ya en el 50 A.C. las druidas habían creado todo tipo de pociones mágicas con centenares de sorprendentes efectos. Más de 2000 años después, la I+D de las pócimas sigue investigando fórmulas para lograr la juventud eterna vía ojos de tritón y alas de murciélago. Pero claro, a veces los efectos de las mezclas son sorprendentes y, qué cosas, hay accidentes.

Ayer la policía de Girona recibió una llamada alertando de una explosión, aparentemente de gas. Cuando los agentes llegaron al lugar del suceso descubrieron que no había ninguna fuga, ni había sido ningún tipo de atentado terrorista (aunque dicen que el concejal del PP insiste en que ha sido ETA). La explosión había sido por una pitonisa que preparaba una poción. Si ya decía Panoramix que era un oficio peligroso…

Lo curioso es que la pitonisa no hubiera visto en su bola de cristal que iba a perder un dedo y parte de otros dos si tenía la brillante idea de manipular pólvora... ¡mientras fumaba un puro! ¡Enhorabuena! ¡Ha encontrado usted la fórmula de un futuro explosivo!

lunes, 11 de mayo de 2009

Confucio estaría orgulloso, a la par que confuso

“Muy buenas noches Panamá. Confucio fue uno de los que inventó la confusión y por eso se le ha… de los más antiguo… fue uno de los chinos… japoneses… que fue de lo más antiguo. Gracias.”
- Giosue Cozzarelli, concursante de ‘Realmente Bella’

No inventó la confusión, desde luego, pero sí dijo que “cometer un error y no corregirlo es otro error”. Pero a veces hay errores que no pueden ser solucionados, y soltar barbaridades delante de una cámara en plena Era YouTube es una condena a ser recordado perpetuamente por tu frasecita. En caso de duda preguntad a Miss Melilla 2001, más conocida como ‘Miss Rusia es un país en el que vive gente maravillosa’.

En esta situación uno tiene que plantearse ¿Qué haría un hombre sabio? Pues seguramente tratar de sacar provecho de su error, y la señorita Cozzarelli ha decidido hacerlo lanzando una línea de camisetas con máximas de Confucio. Al final no será tan tonta y sacará dinero de su propio ridículo. Confucio estaría orgulloso.

Momentos como este hacen que uno agradezca a Dios por la existencia de estos concursos. No por ver tetas y culos, que en Internet se ven más y mejor, sino por momentos impagables como estos.

Un chino-japonés que inventó la confusión:


Un clásico inmortal: ¿Qué sabes de Rusia?:


"Muchos americanos no tienen mapas, como en Sudáfrica y en Irak. Estados Unidos debería ayudar a Estados Unidos, Sudáfrica, Irak y los países asiáticos"


"Mis atributos físicos saltan a la vista, al responder con un micrófono se darán cuenta de qué nivel intelectual tendré":


"El hombre se complementa al hombre, la mujer a la mujer, hombre con hombre, y también la mujer al hombre del mismo modo y en el sentido contrario":


Y por último, no es un concurso de misses pero es una de las muestras de exhibicionismo de la idiotez propia más grandes jamás vistas: ¿Europa no es un país?

sábado, 9 de mayo de 2009

El Coche Fantástico, detenido por los Mossos d'escuadra

¿Quién dijo que los Mossos de escuadra eran unos inútiles? ¿Quién decía que no servían para nada? ¿Quién los llama Mortadelos? Ayer la policía autonómica catalana dio un golpe que los pondrá donde se merecen: por encima de la INTERPOL, del FBI o de la mismísima CIA

Y preguntaréis ¿Qué épica gesta han protagonizado esta vez los paladines de la justicia? Pues en su cruzada contra el crimen, los Mossos retuvieron ayer ni más ni menos que a KITT. Sí, el Coche Fantástico. ¿La razón? Ser un “sin papeles”.

Resulta que el Canal Sci-Fi está realizando una gira con el coche para promocionar la nueva versión de la serie. Cuando los organizadores estaban descargando el Ford Mustang que encarna al mítico KITT para instalarlo en un stand en La Illa Diagonal aparecieron los Mossos d’ Escuadra. Como se ve que los viernes los carteristas de las Ramblas no trabajan y los anti-Bolonia están estudiando para los exámenes, no tenían otro pito que tocar y pidieron los papeles del coche. El coche es de exhibición y no tenían intención de circular pon él, por lo que no tenían la documentación, que se queda en manos de la empresa que realiza los traslados por seguridad. Los Mossos, inflexibles ante cualquier injusticia, no podían quedarse con los brazos cruzados ante tal fechoría, por lo que el pobre KITT acabó pasando la noche en el depósito municipal Joan Miró.

Pero la justicia es como es, y tras el pago de varias multas, KITT ya está en la calle. Sí, se ha ido de rositas ¡Qué mal está la justicia en este país! Pero no se preocupen, porque se comenta que los Mossos d’Escuadra están trabajando duro para detener a Lord Vader por tener la Estrella de la Muerte sin pasar la ITV.

Déjame entrar: Niños, hombres y otros monstruos

El vampiro es posiblemente una de las figuras iconográficas más potentes de la mitología occidental y también una de las más explotadas por el cine. A estas alturas de curso se podría pensar que dar la vuelta el mito vampírico es casi imposible, pero no. Posiblemente Déjame entrar no sea la reinvención del chupa-sangre, que algunos han proclamado pero sí es una bocanada de aire fresco en un género que venía anquilosándose en los últimos años a la par que era simplificado por la maquinaria de Hollywood con títulos como Blade o Crepúsculo.

Oskar es el niño raro de la clase. Lee muchos libros, colecciona recortes de crímenes violentos y es la víctima favorita del matón del colegio, al que fantasea con matar al grito de “¡Chilla, chilla como un cerdo!”. Un día conoce a su vecina, una extraña niña de doce años llamada Eli con la que traba amistad rápidamente, amistad que acabará derivando en amor. Sin embargo pronto empieza a sospechar que no está enamorado de una chica normal, sino de una vampiresa.

Como muchas otras aproximaciones a esta leyenda, el filme de Tomas Alfredson es una historia de amor entre dos seres que pertenecen a mundos diferentes. Eli es una vampiresa y Oskar un humano. Ella vive de noche, él de día. A él le gustan las galletas, a ella la sangre. Lo que diferencia este romance de otros es la absoluta inocencia con la que lo viven los personajes, que no llegan ni siquiera a decirse “te quiero” en toda la película, como mucho un “me gustas”. Pero no hace falta, ya que la actuación de los dos niños, Kåre Hedebrant como Oskar y Lina Leandersson como Eli, es sencillamente magistral. Quita el hipo ver a dos niños transmitiendo con una mirada mucho más de lo que otras películas transmiten con minutos y minutos de diálogos y movimientos circulares de cámara. Déjame entrar es una historia de amor sin un ápice de sensiblería, es más: es todo lo contrario.

La cinta se desarrolla en las afueras de un Estocolmo totalmente nevado. Pocos planos no tienen un inocente componente blanco, pero esta blancura se ve continuamente manchada de sangre. Los mismos personajes que viven una de los romances más cándidos vistos en la gran pantalla son capaces de los actos más descarnados. Ante la fría mirada de la cámara de Alfredson, que en algún momento incluso recuerda a Haneke, Eli lleva a cabo asesinatos escalofriantes, la misma Eli que en un momento de la película pregunta si la gente hace algo especial cuando son novios. La primera vez que vemos a Oskar está en su habitación, sin camisa con un cuchillo, fantaseando con que acuchilla a alguien a la voz de “¡grita, grita como un cerdo!”. Cuando Eli lo conoce, está realizando el mismo rito pero apuñalando un árbol. Tiene una apariencia tímida e inofensiva, pero su fondo es realmente oscuro, hasta tal punto que la propia Eli le recuerda que ella mata por necesidad, una necesidad que él no tiene. Este contraste de luces y sombras de los personajes, a parte de hacerle a uno reflexionar sobre el punto de violencia que subyace en las relaciones humanas, convierte a Eli y a Oskar en dos de los personajes mejor dimensionados y más interesantes que ha dado el cine en los últimos tiempos.

Y lo son porque son capaces de pasar de un extremo al otro en cuestión de segundos. Déjame entrar te lleva de la crudeza a la ternura y de la ternura a la crudeza de nuevo en un constante mecanismo de contrastes. El blanco de la nieve y el rojo de la sangre. El cegador reflejo del sol en el hielo y la profunda noche nórdica. La ingenua (y memorable) escena de cama entre los protagonistas y sus rostros manchados de sangre. Incluso el color del pelo de los niños contrasta.

Tomas Alfredson regala una dirección austera, con planos largos y sin apenas movimientos de cámara. Fría y distante, casi Hanekeniana, al principio y que se va acercando a los personajes a medida que lo hace el espectador, hasta quedarse cerca del estilo Wong Kar Wai, apoyádose en una espléndida fotografía y una soberbia banda sonora que en todo momento saben subrayar la acción sin robar protagonismo a la historia. Además, consigue crear una atmósfera realista que se contrapone a un aura sobrenatural de los vampiros, aura que consigue crear casi sin efectos especiales.

Sin embargo, Déjame entrar no es una película de terror. Quien vaya al cine esperando dar grititos y saltos en la butaca que se olvide. Hay vampiros, sí; hay oscuridad, sí; hay combustiones espontáneas, sí; hay sangre, sí. Pero todo esto son sólo elementos accesorios para narrar un romance entre dos personajes capaces de lo mejor y de lo peor. Como el ser humano, en definitiva.

Y hablando de vampiros, en IMDb podemos ver que hay un proyecto también titulado “Let the right one in” (Título en inglés de la cinta) anunciado para 2010. ¿Habrá clavado Hollywood sus colmillos en esta bonita y terrible historia?

jueves, 7 de mayo de 2009

Iniesta te quiero


Pocas veces había visto un partido tan sumamente complicado. Ya se preveía, con un solo central natural y con Henry, uno de los jugadores que en mejor forma está, lesionado. El 0-0 no era un mal resultado, pero tampoco era el idóneo para visitar un campo tan complicado como Stamford Bridge. Por si fuera poco el golazo de Essien en el minuto 9 ponía todo de cara para los ‘blues’. El Barça no llegaba con claridad, Valdés salvaba al Barça de los intentos de Drogba de sentenciar la eliminatoria, y por si fuera poco llegaba la injusta expulsión de Abidal (Si bien es verdad que luego han perdonado un clarísimo penalti de Piqué). Todo cuesta arriba. Los culés ya empezábamos a resignarnos. Ganar la Liga y la Copa es una gran temporada, y caer en las semifinales de la ‘Champions’ no es para nada un fracaso. Los equipos ingleses están intratables y el Chelsea es un hueso muy duro de roer. Este es un proyecto en formación y nadie podía imaginar que se iban a obtener los resultados que se han obtenido. Afición de poca fe. En ese momento, cuando todos los culés estábamos en plena justificación por la derrota, ha aparecido ese pequeño mago. Se ha sacado un remate desde la frontal en desde una posición estática. Minuto 93. El primer remate entre los tres palos en todo el partido. Cech no ha podido hacer nada. El balón entraba por toda la escuadra. Empate a uno. El Barça se clasifica para la final de Roma. Locura. Este Barça ha cruzado el infierno y, con una sonrisa, ha salido vivo.

Hace un año 7 de mayo de 2008, el Barça caía 4-1 en el Santiago Bernabéu, se iniciaba un proceso de moción de censura y se preveía una dura travesía del desierto. Se hirían dos de las banderas del equipo, Ronaldinho y Deco. El 7 de mayo de 2009, pocos días después de destrozar por 2-6 al eterno rival en su estadio, Iniesta ha marcado un gol que pasará a la historia del Barça y, con un poco de suerte, en unas semanas estará al lado de la foto del gol de Bakero en Kaiserslautern. El próximo domingo podemos ser campeones de Liga, el miércoles de Copa y el 27 de mayo podemos tener la tercera ‘Champions’ de nuestra historia. Y todo esto después de uno de los años más lamentables que recuerda la memoria culé.

Y ahora toca el Manchester. Nos enfrentaremos a los vigentes campeones, a CR7, sin Alves, sin Márquez y sin Abidal. Tenemos la defensa en cuadro, pero ¿y qué? Cada día que pasa, cada partido que juega, este equipo se ha demostrado capaz de ganar a cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia y que si las cosas no salen bien, luchará hasta el último aliento. Hace unos días un periodista inglés, seguidor del Chelsea, aseguraba no sentir vergüenza al asegurar que quería que el Barça ganara la final de Roma porque los azulgranas representan “los valores del fútbol más puro”. Ahí que vamos. Guardiola, ha transformado un vestuario roto en un equipo que conjuga el mejor talento con una cultura del sacrificio que no se encuentra en ningún equipo de fuera de las Islas Británicas. Gracias Pep. Gracias Iniesta. Y gracias a Valdés. Las portadas mañana serán para 'lo puto gusiluz', pero sin sus paradas en el Camp Nou y en Londres el gol de Andresito no hubiera servido para nada ¡Força Barça!

martes, 5 de mayo de 2009

Marmotaman trabaja en la tele

Aunque lo de trabajar es una forma de hablar, ya que el personaje en cuestión ha reconocido más de una vez que no ha trabajado en su vida. Hablo de Kiko Rivera, Paquirrín para sus enemigos, que a partir de hoy es colaborador de ‘Se lo que hicisteis’. Resulta que la marmota gigante, como lo llamó Patricia Conde delante de sus narices, quería ser monologista, pero como Dios no le otorgó el talento del humor (y aparentemente tampoco le dio ninguna otra aptitud concreta) se vio obligado a recurrir a Ángel Martín y Dani Mateo para que le ayuden a escribir un monologo sobre sí mismo.

Habiendo visto las primeras intervenciones de Marmotaman en el programa no me queda claro si el chaval es un pobre bobo o si es más listo que el hambre. A lo largo de los últimos meses, Ángel Martín se ha autoproclamado “amigo del alma” de Paquirrín en una de las burlas más crueles y sarcásticas que se han visto últimamente en televisión, llegando a comparar a Marmoti con Marlon Brando. Es posible que la marmota no supiera identificar la ironía y pensara que el presentador criticaba únicamente a los pseudo-periodistas del corazón que se ganan la vida a costa de mostrar hasta el último grano en el culo de la caspa del país, y por ello decidiera acudir a ‘Se lo que hicisteis’ para cumplir su sueño de triunfar en el Club de la Comedia. Sin embargo, alguno de sus comentarios hacen pensar lo contrario. Al ser preguntado por su único y fugaz trabajo aparentemente serio, La Gran Marmota contestó “¿Yo? Nada. Estar sentado en una silla” o “Cuando trabajaba en el restaurante hacía tres chuletas y me comía dos”. Puede que no sea Woody Allen, pero al menos el individuo muestra la capacidad para reírse de si mismo y para eso hace falta una cierta inteligencia, aunque fuera una frase guionizada, que no lo parecía.

Así puede ser que al final el eslabón perdido no esté tan perdido y sea un eslabón a secas. Al fin y al cabo tiene algo de merito tener su edad, no haber pegado palo al agua y que aun así te paguen por hacer anuncios. Habrá que seguir el programa para descubrir las cualidades del hombre primitivo, tal vez nos llevemos una sorpresa. Por otro lado habrá que ver si el programa levanta el vuelo, que en los últimos meses se ha deshinchado de una manera alarmante.

domingo, 3 de mayo de 2009

¿Cagómetro? ¡Babómetro!

Ha pasado mucho tiempo y poca gente se acuerda de un gol de Rafa Márquez a la salida de un corner que inició la goleada por 6-1 al Atlético de Madrid. El Barça llegaba a aquel partido con ciertas dudas. Había perdido contra el Numancia, un recién ascendido y empatado con el Racing en casa en las dos primeras jornadas. Se empezó bien la Champions, 3-1 al Sporting de Lisboa, y ya se goleó por 1-6 al Sporting de Gijón, pero en aquel momento los asturianos parecían dispuestos a batir todos los records negativos de Primera División. Los siguientes partidos, Betis, Shakhtar y Espanyol se ganaron de milagro y no sin polémica en Donetsk y gracias a un grave error arbitral en Montjuïc (Villarato, dirían algunos). En esta situación el Barça recibía un Atlético que todavía creía aspirar al título. Era la gran prueba de fuego y la afición culé no las tenía todas consigo (tampoco es que sea muy complicado) después de dos años nefastos. Pero aquel gol del defensa azteca en el minuto 3 puso en marcha la máquina. La primera de varias goleadas que ha convertido a este equipo en el Barça más letal de todos los tiempos y que está a sólo 7 goles del record absoluto de tantos en la Liga. 5-0 al Almería, 4-0 al Valencia, 6-0 al Valladolid, 5-0 al Depor, 4-0 al Sevilla… hasta el histórico 2-6 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu.

Desde que el Madrid perdiera en el Camp Nou el 13 de diciembre no había perdido ni un solo partido. Cierto que los de Juande no elaboran un juego brillante, pero hay que admirar la garra y el corazón con la que han logrado aguantar el tirón del mejor Barça de la historia, y hay que recordar que con sus números en cualquier otra temporada hubieran sido campeones y han llegado a reducir una distancia de 12 puntos a un solo punto, aunque sólo fuera virtualmente y por unos minutos. A esto hay que sumarle las lamentables campañas de los dos diarios de Madrid, el Canguelo de Marca y el Villarato de As, que tras la victoria merengue en Sevilla titulaba “Que pase el Barça” pues el Barça pasó. Del Canguelo poco hay que decir, es una expresión divertida, pero de dudosa seriedad y probadamente equivocada. Lo del Villarato es otra historia. Reducir la superioridad del Barça a las ayudas arbitrales es un insulto. Pero al final todo este circo mediático ha jugado en contra del equipo blanco, igual que en la primera vuelta tanto hablar de una manita azulgrana acabó jugando en contra de los de Guardiola.

A lo largo de los últimos meses la prensa madridista había creado una burbuja en la que el Madrid podía ganar la Liga, es más, iba a ganarla, incluso la Champions. A lo largo de toda la temporada As y Marca han intoxicado ocultando el gran juego del Barça tras conspiraciones arbitrales y afirmando que las victorias culés se debían poco más o menos a que el rival se dejaba ganar.

Pero al final la realidad se ha acabado imponiendo, y de la forma más cruel. El gol de Higuaín hizo que los merengues creyeran que el sueño de la liga era posible. Por un momento, la sombra del canguelo sobrevoló el barcelonismo. Pero el Barça de Guardiola ha demostrado que este equipo se puede cruzar los Nueve Círculos del Infierno y, con una sonrisa, salir vivo. Seis minutos después del argentino, Carles Puyol besaba el brazalete de capitán: el Barça ya iba por delante en el marcador, y lo mejor aún estaba por llegar. En el césped del Bernabéu se evidenció la distancia futbolística entre los dos equipos, una distancia que la clasificación no refleja. El Barça se divertía mientras los jugadores del Madrid corrían como pollos sin cabeza detrás del balón. No es una cuestión de jugar más o menos bonito. Es una cuestión de saber qué vas a hacer cuando saltas al campo. Puede salirte bien o mal, pero el Barça siempre ha sabido lo que tenía que hacer y lo ha llevado a cabo con más o menos acierto. Por otro lado el Madrid muchas veces parecía salir al campo pensando “yo salgo y ya veré como soluciono esto”. Esta “estrategia” de andar por casa le ha servido para ir ganando partidos en la Liga, pero a la que ha tenido un rival complicado lo ha pasado mal. Catástrofe ante el Liverpool, empate ante el Atlético (y gracias) y el hundimiento ante el Barça.

De los once jugadores titulares en Madrid, siete lo fueron también en el bochornoso 4-1 del año pasado. Otros tres jugadores -Samuel Eto’o, Rafa Márquez y Andrés Iniesta- han tenido un papel importantísimo en ambas temporadas. Y sin embargo los resultados son totalmente diferentes. Únicamente tres fichajes -Dani Alves, Seydou Keita y Gerard Piqué- y el canterano Sergio Busquets han tenido un peso más o menos importante en el equipo. Por lo tanto uno puede pensar que Guardiola es el artífice del cambio. Él decidió que Deco y Ronaldinho abandonaran el club. También quería deshacerse de Eto’o, fichar a Adebayor y contar con Henry como delantero centro y jugar con un extremo izquierdo que jamás llegó por obra y gracia de las cualidades del secretario técnico Txqui Beguiristain, pero Pep supo reconducir la situación. Pep ha sabido convertir un delantero obsesionado con el gol hasta la ofuscación en un jugador de equipo que casi se preocupa más por ayudar en el centro del campo que por marcar un gol. Pep ha recuperado a Henry, un jugador que con Rijkaard se quejaba continuamente por tener que jugar pegado a la banda izquierda y parecía acabado, pero que se ha erigido como decisivo esta temporada. Pep ha sabido dar galones en el equipo a jugadores como Iniesta o Xavi que habían permanecido a la sombra de Deco y Ronaldinho en la época de Rijkaard 'Rizoparte'. Y qué decir de Messi. Guardiola ha sabido gestionar el físico del argentino, que con el holandés siempre sufrió lesiones musculares graves, y ha llegado al tramo final de la temporada sin sufrir prácticamente lesiones.

Y tengo que reconocerlo. Hace un año alguien me preguntó ¿Qué te parece Guardiola? Yo lo único que pude contestar fue, parafraseando al póster que Fox Mulder tenía en su despacho en Expediente X, “Quiero creer”. Y quería creer porque Guardiola es un gran tipo, fue un jugador enorme y su propuesta me gustaba, sin embargo pensaba que estaba verde, muy verde. Como el uranio, verde fosforito. Frente a la posibilidad de fichar a Mourinho, sentar en el banquillo del Camp Nou a un entrenador que venía de Tercera División parecía un suicidio. Después de las dos últimas lamentables temporadas con ‘Rizoparte’ muchos querían un entrenador que garantizase resultdos, y Pep, en principio, no parecía cumplir ese requisito.

Y pese a su falta de experiencia como entrenador en la élite ha formado un conjunto que puede pasar a la historia. Tras el 2-6 del Bernabeu, con la Liga en el bolsillo, este Barça que borda un fútbol como nadie en el mundo aun está en disposición de ganar la Copa del Rey y la Champions League. ¿Difícil? Por supuesto. Por algo sólo el Manchester ha logrado un triplete en las grandes ligas. Si fuera fácil no tendría tanta gracia. Luego puedes ganar o perder, cosas del balompié, pero si algo ha demostrado este equipo es que puede, y que mientras pueda se dejará la piel en el campo. Y así será el miércoles en Londres.

sábado, 2 de mayo de 2009

Lo hice sin querer queriendo

Otro flash-post que tengo prisa. Hace días que quería ponerlo pero no he tenido mucho tiempo, y la noticia está empezando a quedarse vieja.

Nuestro querido Maestro Carazo ha salido de su escondite ha dado la cara por el affaire 'Inciclopediagate'. Fue en el programa El Tirachinas de la Cope. José Antonio Abellán, director del programa, preguntó al Maestro qué había pasado. La respuesta era la que todos sabíamos: lo hizo a posta. No sé como alguien podía dudar de que fuera así. Basta con leer el artículo para detectar la fina ironía que transpira. Toda una inocentada, y todos caímos de cuatro patas.



Visto en La libreta de Van Gaal

Mi pregunta es: para todo esto ¿era necesaria copiar a la Inciclopedia? Adoro a los gañanes que la cagan y, para excusarse, consigue quedar como tontos aún mayores de lo que parecían. Mi recomendación es que la próxima vez haga caso del sabio consejo de Homer Simpson: "Si haces algo mal, échale la culpa a alguien que no hable nuestro idioma".