lunes, 22 de junio de 2009

The International: Y yo pensaba que mi banquero era un vampiro

Clive Owen haciendo de Clive Owen es todo un seguro de vida. Tiene algo que transmite, una extraña mezcla de debilidad y poder y posiblemente por ello es capaz de que el espectador se identifique con su personaje desde el trailer de cualquier película en la que asome su nariz, y The International es una oda al lucimiento de Clive. Todo lo demás está a su servicio.

Louis Salinger es un agente de la INTERPOL que se encuentra en plena cruzada contra uno de los bancos más importantes del mundo, el IBBC. Este banco viene a ser una actualización de la organización SPECTRA (Ejecutivo Especial para Contraespionaje, Terrorismo, Venganza y Extorsión) de las versiones sesenteras de Bond: son terriblemente malvados y acabarán sin dudarlo con cualquier forma de vida que se interponga entre ellos y su objetivo, que pasa por financiar los conflictos del tercer mundo para controlar la deuda externa de estos países. Y sí, Mr Owen es una de esas formas de vida que molestan al malvado banco.

The International es, básicamente un thriller policiaco con toques de acción. Seguimos a Clive y a Naomi Watts en su investigación alrededor del mundo (el título no es casual: por momentos la película parecerá ‘La vuelta al mundo en 80 planos’). Junto al gran protagonista del espectáculo encontraremos a varios personajes interpretados brillantemente. A destacar los dos policías que le acompañan en Nueva York, a Armin Mueller-Stahl como uno de los mandamases del banco y a Brian F. O'Byrne como el frío e implacable asesino a sueldo. Naomi Watts, por otro lado, está tremendamente desaprovechada. Es una de las mejores jóvenes actrices del momento (con permiso de Kate Winslet) y su papel se limita a ser el "Milú" de Clive, siguiéndole a todos lados y dándole la réplica para que el espectador sepa qué esta pensando el protagonista. Por lo demás, podía no salir en la película y la trama casi no cambiaria. Es más, justo antes de la secuencia final básicamente se va a casa. Supongo que los guionistas no supieron qué hacer con ella. Una solución cutre, pero al menos es de agradecer que no recurrieran a una historia de amor.

Por su parte Tom Tykwer se destapa como un gran director de secuencias de acción. El tiroteo en el Guggenheim de Nueva York es una de las escenas mejor planificadas de los últimos años, haciendo un uso sensacional del peculiar espacio en el que se mueven los personajes, unos personajes que en ningún momento son capaces de cargarse a cinco matones moviendo una ceja, sino que se tienen que esconder, huir e incluso recibir una herida más que fea, todo ello sin perder la elegancia con la que está rodada toda la película. El realizador alemán es sin duda un tipo a seguir y apunta maneras de hacernos pasar momentos tan buenos como Michael Mann o James Cameron cuando no se dedica a hundir barcos.

Esta escena, que pasa por ser lo mejor de la película, también marca su gran defecto, y es que a partir de ahí, y hablamos de la mitad de la película, el interés, en vez de ir in crescendo, disminuye poco a poco para acabar en uno de los finales más anticlimáticos que se recuerdan. Sin embargo, a pesar del final y del desaprovechado papel de Naomi Watts y algún que otro altibajo, The International es una película sólida, bien tramada y firmemente dirigida, que entretendrá a cualquiera sin que las palomitas le despisten.

No hay comentarios:

Publicar un comentario