
Queda por ver hasta dónde es capaz de llegar el que parece ser Salvador de la Humanidad, la Gran Esperanza Negra, si la investigación se limita a los agente que ejecutaron los abusos o si por el contrario se decide subir un poco por la escalera e indagar de donde procedían las órdenes y quién había elaborado los manuales de tortura. Leon Parnetta, el director de la CIA nombrado por Obama, aseguró que él estaría del lado de los agentes porque estos “hicieron lo que su país les pidió y siguieron el asesoramiento legal que se les facilitó”.

Parece que Obama está realmente decidido a reconstruir el crédito de su país reducido a cenizas tras la Era Bush. La decisión de cerrar Guantánamo y poner freno a las torturas está tomada. Correcto, pero no hay que olvidar que las detenciones en el extranjero sin control judicial seguirán durante su administración. Es de suponer que el nuevo cuerpo creado para hacerse cargo de estos arrestos, el Grupo de Interrogación de Detenidos de Especial Interés y que actuará directamente bajo su supervisión, tendrá un trato más amable con los presos que la CIA. De suceder lo contrario, el amigo Barak habrá demostrado, después de ir de aquí para allá como un ángel de la paz y del amor, ser uno de los más grandes farsantes de la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario