domingo, 7 de marzo de 2010

For your consideration: Dormir bien la noche de los Oscars

Esta madrugada se entregarán en el Kodak Theatre de Los Ángeles los 82º premios de la Academia de Cine Americano. Una noche marcada en el calendario de muchos cinéfilos enfermos que nos quedamos hasta las tantas de la madrugada para ver la ceremonia y al día siguiente poder decir "pues la gala del año pasado tuvo más ritmo". Noche de café y de oír a Àngels Barceló reconocer que no ha visto las películas nominadas. O quizá este año no.

La decisión de la academia de aumentar a diez el número de nominados a mejor película no ha logrado aumentar la intriga de quién será el ganador final ya que mirando los nominados a mejor director uno ya se hace una idea de por donde irán los tiros. Eso sí, ahora cinco películas más podrán poner en sus posters y carátulas de DVDs eso de “X nominaciones a los Oscars, incluyendo Mejor Película” que tanto ayuda a aumentar las ventas. Tras los Globos de Oro, donde triunfó Avatar, y los BAFTA, donde lo hizo En Tierra Hostil (a partir de ahora me referiré a ella como The Hurt Locker, su título original, ya que la traducción me parece horrorosa), parece que esta noche presenciaremos un duelo entre James Cameron y Kathryn Bigelow dieciocho años después de su divorcio. Y todo a pesar de que entre las diez nominadas hay películas de nivel mucho más alto que estas dos, como Un tipo serio de los hermanos Coen, Up de Pixar o Malditos Bastardos de Quentin Tarantino, que con una nominación menos que las favoritas puede ser la tapada de la noche.

Nadie le puede quitar lo bailado a Avatar en el terreno comercial. Cameron ha batido su propio record de recaudación conseguido con Titanic y ha sido la primera película en superar los 2.000 millones de dólares y todavía puede llegar a los 3.000, y todo esto en un momento en el que el cine esta, supuestamente, en una crisis mortal. Sin embargo en el terreno artístico, que es lo que presuntamente se premia esta noche, la película ofrece muchas más dudas, siendo suave. Una historia mil veces contada –Pocahontas en el espacio, básicamente-, un guión exageradamente previsible, personajes planos, interpretaciones sin gancho, una dirección artística digna de un club de alterne de Las Vegas y una moralina ecologista-new age-abrazaárboles un tanto trasnochada pero que seguro que encanta al señor Al Gore. Siempre he pensado que los Oscars han sido muy injustos con el cine de aventuras y ciencia ficción, sólo hay que recordar como el año pasado El Caballero Oscuro fue vilmente porculeada y reducida a nominaciones técnicas, Heath Ledger aparte. ¿Que los efectos especiales son espectaculares? Vale. ¿Que es técnicamente revolucionaria? No lo creo. No hay tanta diferencia con, por ejemplo, la nueva trilogía de La guerra de las galaxias. Avatar tiene más bichos, es más grande y es más cara, pero al final acaba por ser lo mismo. Parque Jurásico sí fue revolucionaria e instauró la postproducción digital para todas las películas posteriores. El tiempo dirá si Avatar es revolucionaria o si simplemente inicia una moda potente pero pasajera con el 3D, que viene a ser mi apuesta.

The Hurt Locker, por su parte, es una película muy sólida, muy tensa, con varias interpretaciones magníficas (Jeremy Renner, nominado a mejor actor principal, pone los pelos de punta), y retrata el cruel día a día de un equipo de desactivación de explosivos en el agradable destino turístico para toda la familia que es Irak, recordando por momentos a obras maestras del cine bélico como La Chaqueta Metálica o Apocalypse Now. Sin embargo, a pesar de que Bigelow logra firmar un gran film, uno se queda con la sensación de que a The Hurt Locker le falta algo más para ser una de esas películas que se recordarán dentro de diez o quince años.

En otras categorías, sin embargo, sí que hay enfrentamientos de gran nivel. La cinta blanca de Michael Haneke y Un profeta de Jacques Audiard, tendrán que darse bofetadas para llevarse a casa el Tío Oscar a mejor película de habla no inglesa. Sin embargo, viendo el antecedente del año pasado, cuando la japonesa Despedidas dejó sin estatuilla a Vals con Bashir que parecía tenerla ya en sus manos, no se puede descartar a ninguna de las otras candidatas: La teta asustada (Perú), El Secreto de tus Ojos (Argentina) y Ajami (Israel).

También entre los actores habrá machetazos, sobre todo en actor principal, donde tanto Morgan Freeman como Jeff Bridges bordan sus papeles en Invictus y Corazón Rebelde, esta última en concreto se salva gracias a la actuación del californiano. Como actor secundario, Matt Damon (Invictus) lo tiene complicado frente a Christoph Waltz, quien ha arrasado en todos los premios otorgados hasta hoy gracias a su papel como Hans Landa, el villano nazi de Malditos Bastardos. En el campo de las actrices, es increíble, casi inmoral, ver a la infame Sandra Bullock nominada al lado de monstruos Meryl Streep o Helen Mirren, por mucho que su papel sea aceptable en The Blind Side, una película aceptable pero con alma de TV movie barata que de alguna manera inexplicable se ha colado en las principales nominaciones de los Oscar (mejor película y actriz principal). Sobre las posibilidades de Penélope Cruz no opinaré ya que de las cinco nominadas a mejor actriz secundaria es la única que no he visto, pero sí diré que la competencia que tiene es atroz, especialmente Maggie Gyllenhaal (Corazón Rebelde) y Mo’nique (Precious).

Visto el panorama y que los presentadores de la gala, Alec Baldwin y Steve Martin, no motivan especialmente a verla, hoy dormiré plácidamente por primera vez en muchas noches de Oscar. Soñaré que me despierto y leo que la Academia ha decidido saldar una de sus deudas históricas, como hizo hace tres años con Scorsese, y ha dado las principales estatuillas a Tarantino y sus Malditos Bastardos.

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